El médico dentista y presidente del Institut d'Estudis Eivissencs, Marià Mayans, presenta este viernes 'Història de l'odontologia a Eivissa i Formentera', un libro que abarca desde los antecedentes de su especialidad en la antigüedad hasta los profesionales que han ejercido en época reciente, pasando por la implantación de las primeras clínicas dentales.

Mayans, que ejerce en Ibiza desde 1983, poco después de finalizar sus estudios de Medicina y Estomatología en Barcelona, se encontró en sus inicios con muchos pacientes que le contaban que habían sido atendidos por Mariano Costa, el primer odontólogo que contó con una consulta permanente en la isla.

Cuando Costa abrió su clínica en 1925 fue «todo un acontecimiento social». «Fue portada en todos los periódicos, que destacaban que abrió una clínica modelo como en cualquier capital», explica. Costa ejerció hasta 1965 y el recuerdo que le guardan sus antiguos pacientes empujó a Mayans a «estirar del hilo y buscar información sobre él». «Luego, una cosa te lleva a la otra, encontraba nuevas historias y al final me animé a recopilar más y publicar el libro».

Antes que Costa, los primeros «cirujanos-dentistas» empezaron a atender a los pitiusos a finales del siglo XIX, aunque durante visitas esporádicas. «Entonces no había clínicas como ahora, sino que venían con un maletín que llevaba un par de jeringuillas y algún fórceps para hacer alguna prótesis y coger alguna medida», detalla. «Hay que tener en cuenta que los primeros cirujanos en odontología empezaron en la segunda mitad del siglo XIX y que se convirtió en especialidad universitaria en 1901».

Barberos que sacan muelas

Barberos que sacan muelas

Como señala en el libro, anteriormente estas prácticas habían sido ejercidas por «cirujanos-barberos que cortaban el pelo, quitaban flemones y limpiaban la boca». «No había ni anestesia ni asepsia, así que no se pudo hacer mucho más hasta que se descubrió cómo combatir los virus y bacterias».

'Història de l'odontologia a Eivissa i Formentera' se remonta a la época fenicia para explicar el uso de hilo de oro para unir piezas postizas en la dentadura o a los instrumentos que usaban los romanos para extraer muelas, entre otros avances que introdujeron las diferentes culturas que pasaron por las Pitiusas.

En este sentido, Mayans destaca que el centenar de piezas que se encontraron en el sepulcro megalítico de Ca na Costa revela que los primeros formenterenses «tenían muy buena salud dental». «Sólo hay tres con caries y esto es atribuible a que no debían ingerir azúcares ni cereales, sino que se alimentaban de la pesca y la caza». Luego, Formentera no tuvo clínica dental hasta 1984, de la mano de Carlos Tur Serra.