El comandante de la Guardia Civil en Ibiza y Formentera, Enrique Gómez Bastida, fue muy claro y conciso a la hora de buscar el mejor consejo de cara a los inquilinos y propietarios de viviendas turistas: «Usar el sentido común». Un mensaje que sonaría a tópico si no fuera porque, tal y como recordó, buena parte de los robos se producen por descuidos tan ingenuos como «dejar puertas y ventanas abiertas en las casas o ir a es Vedrà a ver la puerta de sol y dejar el coche abierto». Encima, «con objetos de valor a la vista».

Estas situaciones «no las haría el turista en su lugar de origen», pero el relax de las vacaciones propicia esta dejadez. El comandante, junto al responsable de seguridad ciudadana de Santa Eulària, el teniente Gabriel de la Coba, y del agente Alejandro Fernández, del equipo de delitos telemáticos (Editeco), fueron los protagonistas de la jornada sobre seguridad en viviendas vacacionales celebrada ayer por la tarde en el Centro Cultural de Jesús, organizada por la Asociación de Viviendas Turísticas de la Pimeef (Avat), en colaboración con el Ayuntamiento de Santa Eulària, el Consell de Ibiza y la dirección insular de la Administración del Estado.

Tras la presentación oficial de los representantes de las respectivas administraciones públicas, el comandante pasó a destacar la importancia de la implicación de los propietarios de viviendas turísticas de cara a mejorar la seguridad ciudadana colectiva. La primera parte de esta charla tenía como tema protagonista el libro de registro de entrada de viajeros en viviendas turísticas, de obligado cumplimiento desde los últimos cambios legislativos para regular el sector.

Al igual que los hoteles, a partir del 1 de julio, los propietarios de viviendas turísticas que llevan a cabo la actividad de alquiler vacacional están obligados a gestionar los libros de registro y los partes de entrada de viajeros de acuerdo con la normativa estatal para entregarlos a la Policía Nacional o a la Guardia Civil. «De todos ellos, no sólo de unos cuantos en nombre de todo el grupo», como recordó el comandante.

Este registro permite que «si alguno de los clientes cuenta con una orden de detención, la Guardia Civil recibe el aviso de manera inmediata y puede alertar al propietario». En este punto, Gómez Bastida recordó la utilidad de este mecanismo en un lugar como Ibiza, «donde hay gente que viene de manera repetida cada verano para cometer actos delictivos».

«Si se producen robos en la zona», explicó, «se puede averiguar las personas con antecedentes que están hospedadas en la isla». «Por eso este libro de registro es tan importante para ustedes como para nosotros», incidió.

Aplicaciones para denunciar

Aplicaciones para denunciar

El comandante también explicó a los propietarios de viviendas turísticas cómo aconsejar a sus clientes que hayan sido víctimas de delitos, una situación que ya «produce un estrés, pero que se puede convertir en un hecho más traumático por la barrera idiomática y por estar de vacaciones». Para rebajar estas consecuencias negativas, recordó que, además de que la centralita de la Guardia Civil puede atender al turista en varios idiomas, las nuevas tecnologías han facilitado aplicaciones, como Alertcops y otras similares, para ponerse en contacto de manera inmediata con las fuerzas de seguridad e, incluso, interponer una denuncia.

«La mayoría de los hechos delictivos que se producen en la isla, entre el 70 y el 80%, son denunciables por vía electrónica, como hurtos y sustracciones en vehículos». «El usuario puede elegir su propio idioma e incluso chatear con la policía, así, en menos de un minuto, puede dar cuenta de una incidencia aunque no sepa el teléfono al que debe llamar ni el idioma».

Tres años

Tres años

Acto seguido, el teniente Gabriel de la Coba explicó los aspectos técnicos de que deben cumplimentar los propietarios a la hora de rellenar los formularios para el libro de entrada. Así, detalló que estos deben conservarse durante tres años a partir de la fecha de la última de las hojas de registro, de las que debe contar con un mínimo de 100 y un máximo de 500. Además, aconsejó a los propietarios que usen la vía telemática para ir trasfiriendo todo el contenido de las hojas de registro al que ahora les obligará la regulación.

Ojo con las webs

Ojo con las websPor su parte, el agente del equipo de delitos telemáticos Alejandro Fernández repasó los principales delitos que se producen aprovechando las nuevas tecnologías, como estafas bancarias, de tarjetas de crédito o la obtención del número PIN de las víctimas. «Crean casas inexistentes por las redes sociales para estafar con alquileres», en el caso de la oferta, mientras que los engaños por parte de clientes se producen sobre todo «pagando con cheques sin fondo o haciendo la reserva con tarjetas de crédito que luego son anuladas».

Por ello, advirtió de que «hay que desconfiar siempre de las cuentas bancarias de países extraños», además de «revisar periódicamente las páginas web de los alojamientos para comprobar si hay algún hacker que ha desviado algún anuncio». Además, insistió a los propietarios de cara a que no faciliten por vía telefónica a ningún supuesto cliente «información de la vivienda vacacional que ya está explicada en la web», además de «guardar todos los archivos digitales originales, porque guardan mucha información».

Incertidumbre

Incertidumbre

En el turno de preguntas, los asistentes, unas 70 personas, mostraron sus temores ante la dificultad de cumplir con los requisitos que les exigen para el libro de registro de viajeros, sobre todo a la hora de recabar la documentación y conformidad de todos y cada uno de los inquilinos de la casa, salvo los menores de 16 años.

En este sentido, varios de los propietarios recordaron que, dadas las características de esta oferta en chalé, suelen alquilarse a grupos de personas y «muchas veces llegan un par por un lado, otros al cabo de unas horas o al día siguiente» o, incluso, «algunos salen de la isla y luego vuelven si alquilan la vivienda durante varios días». «Entiendo que es una labor tediosa», admitió el comandante, pero recuerden que es por un bien general como es la seguridad».

¿Y la amante?

¿Y la amante?

En este turno de preguntas, un asistente italiana provocó las risas generalizadas al asegurar que el registro de todos los inquilinos de una vivienda vacacional puede causar una fuga de turistas por celos e infidelidades. «El 50% de la gente no viene con su pareja habitual, sino con su amante y dejarán de venir si tienen que registrarla como un hotel, es por eso que vienen a los chalés».

«Es más divertido estar en una casa con piscina y peace and love, si no nos vamos al Vaticano», sentenció. La réplica del comandante consiguió más risas todavía: «Puede garantizar a su cliente que la policía no va a llamar a su cónyuge».

Zidane

Zidane

Otro asistente a esta jornada mostró su preocupación a la Guardia Civil por los robos cometidos en casas de campo y preguntó si se aumentará la plantilla. El comandante recordó entonces que a Zinedine Zidane «en diciembre le pedían cambiar el portero y la mitad de la plantilla y dijo que él estaba a muerte con ese equipo». «Yo estoy igual, a mí exíjanme efectividad, no me pidan guardias, pídanme servicio y resultados», concluyó