El decreto de alimentación saludable que prevé prohibir la venta de refrescos azucarados y bollería industrial en las escuelas de Balears podría entrar en vigor el próximo curso escolar una vez superados todos los trámites administrativos pendientes, estimaron ayer tanto la consellera de Salud, Patricia Gómez, como su directora general de Salud Pública, Maria Ramos, promotora de esta iniciativa legal para reducir los niveles de sobrepeso y obesidad entre el alumnado de las islas.

Esta última recordó que la prohibición afectará a todas las escuelas de Balears, sean estas públicas, concertadas o privadas.

Y el texto legal también establecerá restricciones en la venta de estos alimentos ricos en azúcares y poco saludables en la Universidad de les Illes Balears (UIB), en las máquinas de vending de los centros de salud y en las de los edificios públicos dependientes de la conselleria de Salud, precisó la directora general de Salud Pública.

«Como estos últimos lugares son frecuentados por personas adultas no podemos imponer una prohibición total en la expedición de estas bebidas y alimentos ricos en azúcares», diferenció Ramos la situación respecto a las colegios que acogen a estudiantes menores de edad.

Restringir la oferta

«Por ello», continuó la responsable de Salud Pública, «restingaremos su oferta». Preguntada en qué porcentaje se limitará su presencia en estos lugares, Ramos detalló que la idea es que tanto las cantinas de la UIB como las máquinas expendedoras de comida y bebidas de los centros de salud y dependencias administrativas de la Conselleria no puedan dispensar más de un 30% de estos productos considerados poco saludables. Así, el futuro decreto de alimentación saludable establecerá que al menos un 70% de los alimentos y bebidas que se ofrezcan en estas dependencias lo sean.

Y preguntada por último sobre la dificultad de alcanzar estos porcentajes de alimentos sanos en las máquinas de vending, la directora general negó la mayor asegurando que las empresas que las explotan «también se están poniendo las pilas» a la hora de mejorar la calidad alimenticia de los productos que ofrecen. «Basta con cambiar una bolsa de patatillas por una bolsita de almendras para mejorar la oferta», puso como ejemplo. También la consellera Gómez quiso resaltar la importancia de estas políticas preventivas para mejorar la salud de los estudiantes e inculcarles buenos hábitos desde el principio.

La presentación del Estudio Epoib II se realizó ayer coinciendo con la celebración del Día Mundial de la Nutrición.