La zonificación de alquileres turísticos de Ibiza, que recogía las peticiones de todos los ayuntamientos y que contaba inicialmente con el acuerdo de PP, PSOE y Podemos, dado que prohíbe los pisos turísticos y establece prácticamente un crecimiento cero de nuevos alquileres a turistas en todo tipo de viviendas, fue ayer inesperadamente rechazada por el pleno del Consell. Ello fue así por la acción combinada del PP y el conseller insular de Medio Ambiente, Miguel Vericad, de Guanyem, formación coaligada con Podemos y que, por tanto, está dentro del equipo de gobierno. Los votos del PSOE y del resto de consellers de Podemos-Guanyem no fueron suficientes para aprobar lo que se suponía iba a ser un mero trámite para dar satisfacción a las peticiones de los ayuntamientos.

El rechazo del grupo del PP, según las explicaciones dadas por el conseller Vicent Roig, se basa en cuestiones de forma, puesto que aplaudió la mayoría del contenido de la propuesta, empezando por la prohibición de los pisos turísticos y terminando con la decisión de impedir el aumento del número de viviendas vacacionales. Sin embargo, «no hay planificación detrás de todo esto» y, además, el Consell «se está inmiscuyendo en competencias de los ayuntamientos», aseguró.

En todo caso, Roig señaló que, pese a no aprobarse la zonificación sometida a votación ayer, «da lo mismo», puesto que ya se han adoptado restricciones desde otros frentes.Escaso efecto práctico

Escaso efecto prácticoEntre las medidas que minimizan la situación creada ayer figuran las siguientes, según recordó: el alquiler de pisos turísticos está ya prohibido por la ley balear, los nuevos alquileres en casas unifamiliares los impide el Plan Territorial y, además, los municipios de Vila y Santa Eulària han cambiado sus planes urbanísticos para no permitir tampoco el alquiler de nuevas viviendas unifamiliares a turistas. Y, por último, hace pocos días se creó un nuevo sistema de altas para futuras viviendas vacacionales, que en realidad impide que crezca su número. Ello es así porque, con este instrumento, sólo se podrán autorizar nuevas viviendas de este tipo si, a cambio, se da de baja un número equivalente. De este modo, las plazas turísticas en casas de campo nunca podrán superar las actualmente existentes: 20.500. Todos los demás portavoces, tanto del PSOE como de Podemos y Guanyem, admitieron el escaso efecto práctico que tendrá, por estos motivos, la frustrada aprobación de ayer.

Miguel Vericad, que no intervino en la sesión porque según su partido, se lo impidió el equipo de gobierno, votó en contra después de haberlo advertido en un comunicado emitido dos días antes por su partido y haberlo reiterado él mismo la víspera. «Se supone que un pacto está para cumplirlo», señaló a los periodistas la vicepresidenta segunda, Marta Díaz, si bien eludió aclarar si se revisará el acuerdo con Guanyem por este incidente. Vericad, por su parte, afirmó que su voto se debió a que su formación «no quiere ni oír hablar de más ocupación turística en cualquier tipo de suelo».

La portavoz del grupo Podemos-Guanyem, Viviana de Sans, alabó la propuesta pactada entre ellos y el PSOE, puesto que, en primer lugar, responde al pacto de gobierno suscrito en su día entre ambas fuerzas y, además, supone «un crecimiento cero» de nuevos alquileres turísticos en las viviendas unifamiliares.

De Sans admitió que, pese a ello, aún «habría preferido otra propuesta más restrictiva», pero «votar no a este texto supone abrir toda la isla a nuevas solicitudes», si bien luego no se podrían aceptar, admitió. «Entendemos que gobernamos en coalición y uno no consigue siempre el cien por cien de lo que quiere», añadió.

El presidente del Consell, Vicent Torres, defendió su propuesta señalando también que cumple con el acuerdo de gobierno PSOE-Podemos firmado a principio de legislatura. Recordó que se trata de las peticiones hechas por cada uno de los diferentes ayuntamientos de Ibiza.