Nada más salir de la bocana del puerto de Sant Antoni, Koldo Sáez-Caballero y Daniel Tomé se encuentran con una embarcación que levanta el ancla, cargada de posidonia. Es la imagen que trata de evitar el proyecto de protección de la posidonia, para el que están trabajando, y que provoca, sobre todo, «el desconocimiento de los ecosistemas marinos», explica Koldo.

La jornada anterior, ya han estado todo el día embarcados para recopilar información de todos los barcos que se encuentran fuera de puerto. «Ahora hay 300, pero en plena temporada se triplica esa cifra, según las previsiones que manejamos», detalla Daniel. Esta labor forma parte de la fase de «frecuentación» del proyecto, en la que, de mayo a octubre, se embarcarán semanalmente dos veces a la semana, una en día laborable y otra en fin de semana, para contabilizar todos los barcos, su eslora, las zonas de fondeos y el punto donde están anclados. Para ello, en temporada alta contarán con una segunda embarcación de cara a recorrer los 43 ámbitos marinos en los que se ha dividido el estudio.

Los datos recopilados en esta fase de su trabajo se cruzarán con la labor de cartografía que emprendieron en marzo, en la que usaron un sonar para efectuar prospecciones de los fondos marinos, además de captar imágenes con buzos y robots. «La cartografía ya está acabada, es la base del trabajo y luego tendremos que evaluarla junto a los datos de frecuentación de las zonas de fondeo, para así conocer la presión de las embarcaciones y el turismo sobre los fondos marinos», avanzan.

Tras estas dos fases previas, para final de año, se prevé entregar al Consell la propuesta de ordenación y de gestión, en la que, «se podrán dar varias soluciones para las diferentes zonas: campos de boyas con fondeos ecológicos, zonas de fondeo permitido porque no existe afección a los fondos marinos, otras prohibidas... siempre en función de la cartografía y la presión detectada de las embarcaciones», detallan.

El proyecto de ordenación de los fondeos lo lleva a cabo la unión temporal de empresas formada por Estudio Imat (Ingeniería y Medio Ambiente) de Ibiza y Tecnoambiente de Barcelona.