El Instituto Balear de la Naturaleza (Ibanat), dependiente de la conselleria de Medio Ambiente del Govern, empezó ayer el servicio de vigilancia de los fondeos en aguas de Ibiza y Formentersa para evitar que centenares de embarcaciones de recreo que visitan las Pitiüses en estos meses tiren sus anclas sobre las praderas de posidonia. La empresa concesionaria del servicio es Pitiusa de Ecología, participada por varias empresas dedicadas la sector náutico en estas islas.

Ayer, y con tres días de retraso, empezaron a trabajar con algún problema administrativo y de logística que ha provocado que en Ibiza comenzaran a operar sólo con una de las dos lanchas previstas, aunque la empresa ya tiene contratados a dos patrones que en la mañana de ayer fueron despachados ante Capitanía Marítima. De la misma forma que lo fueron los otros dos patrones de Formentera que, con sus respectivas lanchas, ya navegan en Formentera.

A partir del 1 de junio, esta flota de vigilancia dependiente de Ibanat se verá incrementada hasta llegar a cinco lanchas en Formentera y tres en Ibiza, con sus respectivos patrones.

Las áreas en la que estos vigilantes controlaran el correcto fondeo de embarcaciones se amplía este año en Ibiza, ya que además de la zona de ses Salines, también habrá vigilancia en el área de Tagomago y al norte de la isla.

En Formentera se mantienen las mismas zonas de control, que abarcan Cala Saona, Punta Prima, ses Illetes, s'Espalmador, Llevant, Punta Prima, Tramuntana y es Caló.

A este dispositivo, el Ibanat añade dos lanchas con las que cuenta el Parque Natural de ses Salines y que en la temporada de máxima afluencia de barcos reforzarán el servicio de control de los fondeos.

En caso de que las tripulaciones mal fondeadas hagan caso omiso a los vigilantes, estos darán cuenta de la agresión a los fondos de posidonia a la Guardia Civil del Mar o a los Agentes de Medio Ambientes, que tienen potestad para iniciar expedientes sancionadores por los daños causados.