Hogar del águila pescadora que, a menudo, puede verse sobrevolando los estanques de ses Salines, la relación de es Cap des Falcó con las aves rapaces incluye un nombre que hace referencia a que, en el lugar, existió uno de los agres de falcons que se instalaron en la isla en la Edad Media para criar los halcones de los señores feudales. Y este criadero en concreto parece ser que pertenecía al pavorde de la catedral de Eivissa (el mayor cargo eclesiástico antes de la creación del Obispado).

Cap des Falcó, la punta acantilada del Puig des Falcó y una de las siluetas más representativas del litoral pitiuso, guarda cierto parecido con la cabeza de un halcón y también es el hábitat de halcones peregrinos y de Eleonora. Esta colina cierra los estanques por el suroeste, mientras que, al otro lado, al noreste, los resguarda el macizo de es Corb Marí, con el Puig Baix, de 163 metros de altura.

Si bien hoy es Corb Marí y es Falcó son las fronteras montañosas de los estanques salineros, no siempre han sido colinas ni siempre ha habido lagunas de sal a sus pies. En el Cuaternario estuvieron unidas por un cordón litoral a la cadena de islotes de es Freus y en otro periodo geológico, a consecuencia de una regresión marina, quedaron convertidas también en islas. Finalmente, en el Pleistoceno, al retirarse el agua, quedaron formados los primeros estanques de sal en la cuenca que quedó entre los cerros.

Es Cap des Falcó, con alrededor de 140 metros de altura y su forma puntiaguda y abrupta, es la referencia paisajística más agresiva de es Codolar. Es un acantilado en continua erosión que es el origen de los cantos rodados, los còdols, que, desde el Jurásico y por efecto del oleaje, dan su particularidad y su nombre a la playa de es Codolar. Bajo el precipicio se amontonan las rocas más grandes que se han desprendido, aún no convertidas en piedras, y dos de ellas, en el extremo de la curva que aún hay detrás del perfil del halcón, en la punta des Canal de s’Olla, han formado dos escollos con nombre, s’Escull d’en Terra y s’Escull de Fora.

En ‘Lo que Ibiza me inspiró’, el escritor Enrique Fajarnés Cardona alude al dicho ibicenco ‘ser més vell que es Cap des Falcó’ asegurando que -al menos a mediados de los 80, cuando se editó el libro- «es frase común entre nosotros para ponderar la extrema senectud». También señala que es usual ‘tenir memòria de falcó’.