La revista de la Sociedad Geológica de España publicará en junio la propuesta del geólogo Xavier Roig y de su equipo de convertir en Lugares de Interés Geológico (LIG) dos zonas de Formentera, sa Punta Prima y sa Punta Gavina, en cuyas terrazas fueron depositados enormes bloques por tsunamis como el registrado en 1756 tras un fuerte terremoto que sacudió el norte de Argelia. Roig considera que ambas zonas deberían ser LIG debido a su «elevado interés científico, turístico y didáctico».

El geólogo recuerda que la Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad de 2007 «señala a las administraciones públicas como responsables del conocimiento y la protección del patrimonio geológico, lo que implica la elaboración del Inventario Español de Lugares de Interés Geológico» y la declaración y gestión de los espacios naturales protegidos. Dicha declaración y protección -insiste Roig- corresponde a las comunidades autónomas (el Govern), si bien, «como alternativa, también se puede optar por la aplicación, por parte de los consells insulares o de los ayuntamientos, de la figura de Bien de Interés Cultural (BIC) como zona paleontológica».

No sería el primer LIG de las Pitiüses, pues ya hay 42 en estas islas (36 en Ibiza y el resto en Formentera), pero sí serían «los primeros campos de bloques de tsunami» en todo el mundo. Existe una propuesta similar para Menorca.

El geólogo afirma que tanto sa Punta Prima como sa Punta Gavina «son los únicos puntos de las Pitiüses que presentan condiciones favorables para reconocer los procesos geomorfológicos de un evento tsunamítico sobre un área». Y tienen una ventaja respecto a otras zonas de estas islas donde hay bloques similares: «Las dos son visitables para el gran público. El resto de áreas en buen estado, centradas en Formentera, han sido descartadas por encontrarse en los islotes cercanos, ya que presentan una notable dificultad en los accesos, mientras que las áreas de Ibiza han sido descartadas por presentar elevados procesos de antropización», es decir, el hombre usó esos bloques para diversos usos, principalmente para muros y construcción.

Elevados como plumas

Ambos parajes de Formentera contienen un total de 52 bloques: 27 de ellos están en Punta Prima y 25, en Punta Gavina. Los tsunamis los elevaron desde el mar como si fueran plumas (aunque pesan varias toneladas) y los depositaron sobre las terrazas litorales. Por su situación, colocación y orientación, descartan que fuera el fuerte oleaje de tormenta el que desplazara esas masas pétreas. Y los acantilados se encuentran demasiado lejos, de manera que no son fruto de desprendimientos.

En sa Punta Prima, el maremoto tuvo que levantar los bloques por encima de los 9,5 metros de altura que tiene allí el perfil del acantilado. En esa zona, el valor medio del peso de los bloques es de 8,42 toneladas. Se encuentran «ubicados a una distancia media de la cornisa de 81,8 metros y a una altura media de 11,7 metros».

Los de sa Gavina son aún mayores. Allí, Roig describe la presencia de diferentes «campos de cordones de bloques imbricados, dos de ellos ubicados cerca de acantilados de 5,5 metros, que representan diferentes episodios de arranque y depósito de bloques asociados a flujos de gran energía sobre la costa», es decir, de tsunamis.

Ese conjunto de bloques tiene un peso medio de 10,68 toneladas, de manera que son más pesadas, dos toneladas de media más, que las de sa Punta Prima. Se encuentran a una distancia media de 58,98 metros del mar y a una altura media de 11,2 metros. Las enormes piedras se encuentran tanto al norte como al sur de la torre de sa Gavina. Incluso desde Google Maps es posible apreciar esas llamativas acumulaciones de bloques de tsunami.

Roig recalca -en el trabajo que será publicado en la revista de la Sociedad Geológica de España- que la relevancia de esos dos LIG propuestos «radica en que constituyen la manifestación inequívoca de procesos tsunamíticos que han afectado a la isla de Formentera en los últimos tres siglos». Ambos emplazamientos deberían ser incluidos, además, en el Inventario Español de Lugares de Interés Geológico y en el inventario de Patrimonio Geológico de Balears.

Relevancia internacional

Las dos ubicaciones propuestas tienen interés geológico debido a su «representatividad como bloques de grandes dimensiones asociados a las trayectorias de maremotos procedentes del norte de Argelia». El geólogo recomienda contextualizar ambos espacios «como lugares de interés geológico (LIG) dentro del ámbito del Mediterráneo», no sólo balear. Subraya, en ese sentido, que las dos áreas «son consideradas como de interés sedimentológico y geomorfológico, y de relevancia nacional e internacional dentro de la cuenca mediterránea occidental».

Asimismo, poseen «un gran valor didáctico y educativo, ya que ilustran acontecimientos geológicos que convierten esos parajes en un ejemplo del riesgo geológico asociado a las trayectorias de tsunamis procedentes de Argelia». Xavier Roig afirma que ambos LIG «pueden ayudar a aumentar la conciencia y la percepción de los riesgos geológicos de las poblaciones que se encuentran en costas afectadas por tsunamis, y que las modelizaciones establecen como puntos de impacto potencial». Basta recordar el tsunami originado tras el sismo registrado en Boummerdes-Zemmouri (Argelia) el 21 de mayo de 2003, que tuvo una magnitud de 6,9 y que afectó a la costa pitiusa: el mar se elevó tres metros en Sant Antoni. De hecho, el agua sobrepasó el muelle e incluso llegó hasta el carrer Ample.

Su declaración como LIG también «refuerza el carácter didáctico para toda la población local y visitante, especialmente en una isla turística con un dominio de litoral sedimentario de cotas bajas y con elevados índices de frecuentación», comenta Roig.