El mensaje que lanzó ayer Cristina Moreno, enfermera y profesora de la facultad de Enfermería de la UIB, fue contundente: «Debemos estar en guardia». Moreno ofreció la charla 'La resistencia ética: Competencia enfermera en la defensa de los derechos humano' en el Club Diario de Ibiza, en un acto organizado por el Colegio de Enfermería de Balears (Coiba) por el Día Mundial de esta profesión, que se conmemora hoy y en el que se entregaron medallas a tres profesionales de Ibiza: una de oro a Eulalia Torres Bonet, que se ha jubilado recientemente y dos de plata a Josefa Cardona Roselló y María José García, por 25 años en el colegio profesional. Estaba previsto homenajear a más profesionales, pero no todos pudieron asistir al acto.

El lema escogido este año por el Consejo Internacional de Enfermería es 'La salud, un derecho humano'. Precisamente por esto la conferenciante quiso recordar durante su charla el decreto de 2012 que suprimió la atención sanitaria universal. «Esa ley aún existe», insistió la enfermera antes de recordar que tras las últimas elecciones autonómicas, el nuevo equipo en el Govern recuperó la atención universal y devolvió la tarjeta sanitaria a las personas que estaban en situación irregular en las islas. «Hay que estar en guardia porque entiendo que si el PP aprobó esta ley, si volvieran a gobernar en las islas aplicaría otra vez la ley de 2012 y volvería a retirar las tarjetas sanitarias».

La conferenciante explicó cómo entre 2012 y principios de 2016 el personal de enfermería de las islas puso en marcha «estrategias de resistencia» para no dejar a todas estas personas completamente desamparadas. Así, señaló que se organizaron «circuitos clandestinos» de asistencia sanitaria en Atención Primaria y que se crearon «bancos de medicamentos» para poder entregárselos a personas que, sin tarjeta sanitaria, tampoco tenían derecho a ellos, entre otras medidas.

De la misma manera, hizo hincapié en el «conflicto ético» que supuso para los profesionales tener que negar la asistencia sanitaria a personas que la necesitaban. «De repente, en España surgió este conflicto ético que está muy estudiado y que es habitual en otros países, como Estados Unidos, pero que aquí, como la sanidad era universal, no se había dado nunca. Cuando te dicen que sólo pueden atender a personas que están muy graves se genera ese dilema», indicó. «Además, ¿qué es urgente y qué es grave? Un diabético que no tiene dinero para la insulina y a quien le da una hipoglucemia, ¿es urgente? Eso abre nuevos debates», continuó la conferenciante, que reiteró en varias ocasiones que lo «humano» es atender a quien lo necesita.