El pleno del Ayuntamiento de Sant Josep aprobó ayer, con los votos a favor del PSOE y Alternativa Insular, y en contra del PP y Guanyem, una modificación del planeamiento municipal para prohibir la música exterior en la totalidad del municipio, a cualquier hora del día y de la noche, y en todo tipo de establecimientos.

Esta es una de las medidas aprobadas ayer con carácter inicial por el pleno para dificultar la implantación de nuevos locales de ocio basados en la música, que están provocando quejas reiteradas por parte de los residentes. La norma permanecerá ahora a exposición pública durante 45 días y luego se aprobará definitivamente.

Otra de las medidas contenidas en la norma aprobada inicialmente ayer es la restricción de la superficie máxima de uso público que podrán tener los nuevos restaurantes que se abran en las playas. Dicha superficie será de 400 metros cuadrados como máximo. Además, este tipo de locales no podrán situarse a partir de ahora en edificios residenciales.

Del mismo modo, se prohíben nuevos negocios que puedan generar un intenso tráfico o con capacidad para atraer a más de 1.000 personas, aunque sí podrán instalarse si sus promotores presentan un plan de movilidad que justifique que habrá aparcamiento suficiente.

Con estas actuaciones, el equipo de gobierno de Sant Josep quiere «frenar la proliferación de negocios como los autodenominados clubes de playa u otros formatos similares, amparándose en una actividad de restaurante, por ejemplo, y que acaban teniendo como principal negocio otra actividad».

La licencia previa

El concejal de Urbanismo de Sant Josep, Ángel Luis Guerrero, explicó a este diario que podrán seguir emitiendo música al exterior aquellos negocios «que ya tuvieran previamente licencia para ello». Aunque no precisó cuántos están en esta situación, se trataría de una minoría. El resto, es decir, los que no tienen licencia (y, además, ya no podrán tenerla) serán sancionados si emiten música que trascienda al exterior del local.

El grupo del PP, a través del concejal Javier Marí, denunció que «el gran defecto» que tiene la norma es que carece de determinados informes jurídicos y, además, el articulado concreto no deja claro que la limitación de la música sea aplicable también a cafeterías, bares o restaurantes. Asimismo, Marí lamentó que en los espacios libres públicos de los suelos urbanos se permitan instalaciones como nuevos quioscos.

Javier Marí admitió no obstante que la norma contiene «modificaciones interesantes», pero denunció que también hay confusión.