Aclaremos algunos de los conceptos erróneos más frecuentes sobre alimentación, que llegan a mis oídos. Es cierto que cada vez tenemos más cultura alimentaria y nos creemos menos lo que nos cuentan con fines meramente comerciales, pero todavía queda mucho camino por recorrer.

- La pasta por la noche engorda. Depende. Por la noche hay que hacer una ingesta equilibrada entre hidratos, proteínas, grasas€.hay que comer hidratos por la noche, pero no ponerse ciego€ dependiendo sobre todo del ritmo de vida y del nivel de actividad física. En general, un poco de pasta, sí, pero mejor con un chorrito de aceite de oliva y no con un kilo de salsa pesto. Óscar, 23 años, llega de entrenar y para cenar se hace un plato de pasta pequeño, salteado con verduras y atún. A continuación debe estudiar para un exámen. Esa pasta no le ´engorda´, la va a emplear para reponer fuerzas y enfrentarse al desgaste del cerebro para estudiar, que se alimenta exclusivamente de esos hidratos. Si hablamos de Paz, contable de 48 años, que sale del despacho y se va en taxi a su casa y se hace un plato de pasta mediano con salsa carbonara y beicon y directa se va al sofá...pues es diferente. Sentido común€

l Cuanto menos se come, más se adelgaza. Falso. No depende de la cantidad sino de la calidad de los alimentos. Podemos comer una ensalada gigante con todos los nutrientes y aportar las calorías adecuadas, pero comer una pequeña porción de tarta de chocolate, dulce de leche y mantequilla de cacahuete que aporte el triple de calorías recomendadas y un menor aporte de nutrientes.

- Los alimentos integrales engordan menos: los productos integrales tienen menos calorías. Totalmente falso. La diferencia no se encuentra en las calorías sino en la mayor cantidad de fibra. Por ejemplo, el pan blanco y el integral aportan las mismas calorías, aunque el segundo mejora el tránsito intestinal y sacia más el apetito.

- Los alimentos bajos en azúcares o light engordan menos. Seguramente, a ese alimento sin azúcar añadido lo hayan inflado a grasas hidrogenadas para hacerlo más atractivo y adictivo, aportando una cantidad de calorías innecesarias. Hay que mirar siempre el etiquetado, el aporte de gramos de hidratos y grasas. Ahí suele estar el truco. Te pondré un ejemplo que tomo siempre como referencia al mirar el etiquetado. Una manzana mediana aporta unos 20 gramos de hidratos de carbono, 0.75 gramos de grasas y 0.60 gramos de proteínas. A partir de ahí, puedes comparar, por ejemplo, un donut: 42 gramos de hidratos, 22 gramos de grasas y 6 de proteínas.

- Las tostadas tipo biscote tienen menos calorías que el pan. Pues no. Lo siento por los que todos los lunes inician la típica dieta, comiendo biscotes de pan en vez del pan de toda la vida pensando que engordan menos. Es exactamente lo mismo: harina y agua. La única diferencia es que las tostadas no contienen el agua del pan tradicional.

- El queso blanco tiene pocas calorías. Ojo, con el queso. El queso más bajo en calorías light nos aporta un 17% de materia grasa, es decir, que de pocas calorías nada. Eso no quiere decir que no se pueda ingerir, pero que habrá que medirse en su consumo. No por ser queso fresco o blanco nos podemos poner finos!

-La grasa se convierte en músculo y pesa más. Falsísimo. Ningún tejido tiene la capacidad de convertirse en otro. Puede ser que una persona pierda grasa corporal y por otro lado aumente su masa muscular por un entrenamiento y alimentación específica, pero lo de convertirse uno en el otro, nada de nada.

- Llevar fajas o mucha ropa para entrenar está indicado para sudar más y así bajar de peso. Cierto pero insano. Claro que vas a sudar más, y claro que vas a pesar menos en la báscula después de perder tanta agua, pero con el riesgo que eso conlleva de deshidratación y además, reponiendo esos gramos en cuanto te bebas el primer vaso de agua.

- Hay alimentos buenos y malos. Falso: no hay ningún alimento perfecto y completo, ni tampoco hay un alimento perjudicial. La combinación entre alimentos y el momento en el que se ingieren son claves para una dieta sana y equilibrada.

- El agua engorda durante las comidas. Falso: es imposible que engorde porque es un nutriente acalórico, es decir que no aporta calorías. Por lo tanto, dará exactamente igual que se tome antes, durante o después de las comidas. El agua es esencial en nuestra dieta, ya que nos aporta minerales y electrolitos y un elemento fundamental para mantenernos correctamente hidratados.

- Hay alimentos que adelgazan. Falso: todo alimento aporta calorías. Lo determinante es la dieta total, no un alimento concreto; ningún alimento hacer perder un gramo. Hay que encontrar el equilibrio entre la ingesta y el gasto energético: entre lo que entra por la boca y lo que gastamos con la actividad física diaria.

Ana Calvo es directora de www.ibizaenforma.com y la Sala pilates Ibiza Club de Campo.