La jueza del Juzgado de lo Penal número 1 de Ibiza, Clara Ramírez de Arellano, ha condenado a seis meses de prisión a un jardinero del Ayuntamiento de Ibiza como autor de un delito de trato degradante sobre un subordinado. En un principio el ministerio público reclamaba 18 meses de prisión para el acusado.

También ha sido condenado a pagar al denunciante una indemnización de 1.500 euros y a hacerse cargo de los costes judiciales. La sentencia no es firme, ya que puede ser recurrida ante la Audiencia Provincial. Según el capítulo de hechos probados de la sentencia, durante los años 2013 y 2014, el acusado, como integrante del personal laboral del Ayuntamiento de Ibiza, y en el ámbito de sus funciones como oficial de segunda adscrito al departamento de Jardinería y en posición jerárquica superior al denunciante, se refería a él de forma habitual con epítetos como «perro», «inútil», «peón de mierda» y le silbaba como si llamara a un animal. También usaba para llamarle, dice la jueza, la expresión «tuba, tuba, como si de un perro se tratase».

Todo esto causó en la víctima una situación de malestar general, ansiedad y un gran desasosiego, por lo que tuvo que ser medicado y afectó a sus relaciones familiares.

Durante el juicio oral, el acusado negó los hechos y declaró que la relación con su subordinado era «normal y cercana». Negó que le llamara perro y dijo que la expresión «tuba, tuba» la emplean en broma todos los empleados del departamento de Jardinería.

También negó que le gritara y le amenazara. «Tales declaraciones quedaron desvirtuadas en el juicio oral», señala la sentencia.

En la vista oral, hubo varios testigos que declararon a favor del acusado, pero «realmente no desmintieron a los testigos de la acusación», apunta la jueza, que también señala que en el departamento hay dos grupos claramente diferenciados, uno a favor del denunciado y otro a favor del denunciante.

Sin embargo, declararon en el juicio dos testigos que no formaban parte de estos grupos y ambos confirmaron los hechos denunciados.