La plantilla de la oficina en Ibiza y Formentera de la Dirección General de Tráfico, la DGT, se fijó en su momento en 17 profesionales para funcionar con normalidad. Tras la salida de cuatro profesionales en el lapso de tiempo de apenas dos semanas, desde el viernes sólo hay siete profesionales trabajando, entre ellos la propia delegada, que está haciendo funciones que no le corresponden para intentar sacar algo de trabajo adelante.

La situación resulta «dantesca», como apuntan empleados y usuarios de la oficina, situada en la calle Vicent Serra i Orvay de Vila, ya que de los siete empleados de que dispone en la actualidad la DGT en Ibiza y Formentera, únicamente dos pueden atender al público, a los que se une «cuando puede» un jefe de negociado con otras atribuciones.

Al detalle, la plantilla la componen ahora la jefa local, un jefe de sección, otro de negociado, dos operadores (los que atienden al público), uno en información, una conductora y un cajero. «Estamos desbordados, ya no sabemos qué hacer», advierten. Y tienen que atender las necesidades de dos islas que en verano pueden alcanzar los 300.000 residentes.

Y otro se va en noviembre...

Para empeorar la situación, uno de los dos operadores tiene la plaza hasta noviembre, cuando dejará la isla. ¿Cuál es el problema? Desde hace cuatro años no se contrata a personal para cubrir las bajas que se han producido, ya sea por jubilación, cambio de destino o cualquier otra circunstancia. Tampoco interinos, una figura de la Administración que permite cubrir plazas de funcionarios de manera provisional.

Esta circunstancia provoca que los responsables de la oficina tienen que enseñar el funcionamiento y el operativo a quienes vienen a trabajar sólo seis meses, como ha pasado con los cuatro últimos trabajadores, que ya han abandonado la isla. «Empezamos de cero cada vez con la certeza de que se van, lo que resulta cargante y deprimente», critican desde la oficina de la DGT.

Y el problema se agrava en esta época del año, cuando la actividad se multiplica. Sólo los trámites de taxistas, más de 300 (entre ellos muchos estacionales), les acarrea un ingente volumen de trabajo. Además, están las gestorías, los alquileres de coches, quien adquiere un nuevo vehículo, extranjeros que acuden para validar sus permisos de conducir...

«La gente nos insulta y nos increpa, y lo peor es que, con el tiempo, ya ni te molesta porque sabes que tienen razón», señalan resignados desde esta oficina. De hecho, actualmente no hay citas disponibles.

También recuerdan que hace un año solicitaron a la Delegación del Gobierno que les enviara personal interino, sin éxito.

La situación de la oficina de la DGT ya era crítica hace un año, cuando este diario publicó, en junio de 2017, que el personal estaba «desbordado».