El Ayuntamiento de Sant Josep reabrió ayer al baño la playa de ses Salines después de que el viernes se viese obligado a cerrarla tras detectar la presencia de seis ejemplares de carabela portuguesa en la arena, una especie similar a las medusas muy peligrosa por su venenosa picadura.

Los servicios municipales izaron el viernes la bandera roja como medida de precaución, a pesar de que no había gente en la playa a causa del mal tiempo.

El miércoles se encontraron varios de estos hidrozoos en la playa de es Torrent, y el martes en Formentera.