Acompañado por un guía llegó ayer Heavy, un perro de aguas español entrenado para el rescate de personas con el Método Arcón, al auditorio del antiguo Festival Club y, una vez suelto, tan solo tardó 40 segundos en localizar a la persona que se encontraba atrapada bajo los escombros. Con total autonomía y una concentración máxima, el animal recorrió la zona y cuando detectó la exhalación de la víctima empezó a ladrar para alertar a los equipos de rescate, que a toda velocidad se dirigieron a sacarla del confinamiento.

Así fue el simulacro desarrollado en las ruinas de la antigua discoteca con el que culminó el primer seminario técnico introductorio del Método Arcón organizado por el cuerpo de bomberos de Ibiza y que ha contado con la presencia del creador del sistema, investigador, docente y bombero del Ayuntamiento de Sevilla, Jaime Parejo, y el profesor homologado y cabo del consorcio de bomberos de Málaga, Javier Luque.

Tras una parte teórica de formación sobre el Método Arcón -destinado a la formación e intervención de equipos caninos de búsqueda, detección y salvamento, el cual está avalado a nivel científico y académico y se ha convertido en el sistema oficial de formación e intervención para equipos caninos de rescate en países de alto nivel sísmico-, los bomberos desarrollaron dos actividades prácticas, la última en la mañana de ayer con la presencia de la vicepresidenta segunda del Consell de Ibiza, Viviana de Sans, y el conseller de Medio Ambiente, Miguel Vericad.

Explosión en una discoteca

Las ruinas del Festival Club, entre Sant Agustí y Sant Josep, fueron el lugar elegido para el ejercicio, que dio comienzo pasadas las 10.30 horas y consistió en el derrumbe ocurrido en una discoteca debido «a un coche bomba o un depósito de elementos explosivos». «Se ha producido una explosión y hay que saber si entre las personas sepultadas hay alguien con vida», planteó Parejo.

Vericad fue el encargado de elegir el lugar donde se ubicaría la víctima: un hueco entre el suelo y una pared en el auditorio. Y allí se colocó una voluntaria de Protección Civil que, con las medidas de seguridad previas correspondientes -gafas y casco, principalmente-, fue cubierta por maderas y escombros hasta quedar prácticamente sepultada. «Debe quedar perfectamente mimetizado para que no se pueda saber que ahí dentro hay una persona», indicaba Parejo a los efectivos de bomberos y Protección Civil mientras tapaban el lugar con los elementos de construcción del lugar, «como ocurriría en un edificio derrumbado».

Con todo preparado, los equipos de emergencias se alejaron y se colocaron en silencio en la zona «de alineación, zona base» -aunque en los casos reales se encuentran trabajando en el escenario del suceso-. El jefe de bomberos, Miguel Sevilla, dio por radio la orden de comenzar el simulacro y a lo lejos comenzaron a escucharse unas sirenas. Minutos después aparecía en las ruinas de las discoteca Heavy -miembro de la unidad canina de Málaga- con un guía que, al llegar al auditorio, soltó al perro y le dejó trabajar de manera totalmente autónoma.

Heavy recorrió la zona, se le perdió de vista por unos segundos entre los árboles que ahora ocupan el lugar y rápidamente se dirigió hacia el punto en el que estaba escondida la víctima. Allí, detectó el olor de su respiración -«concretamente la espiración, el sulfuro de hidrógeno, metano, etano, una serie de componentes en el aliento», matizó Parejo- y comenzó a ladrar, avisando así a los miembros de los equipos de emergencias de la presencia de una persona viva en el punto concreto. Rápidamente los bomberos se dirigieron al lugar y procedieron a retirar los escombros para rescatar a la víctima.

Una vez finalizado el ejercicio, Parejo subrayó que el 100% de los simulacros realizados con los perros entrenados por Método Arcón desde su creación en 1996 han culminado con éxito.

El creador de este sistema destacó que es el «instrumento que ha demostrado mayor garantía en el mundo para búsqueda y detección de personas vivas sepultadas, extraviadas, explosivos y demás». Y subrayó que la clave es que «durante la búsqueda se optimiza [en referencia al perro] sus niveles de autonomía de trabajo, de motivación, y eso hace que el ejemplar esté extremadamente concentrado y, por tanto, el rendimiento olfativo es mucho mayor». «Eso marca la diferencia entre la vida y la muerte, porque si no se percibe la persona, será destrozada por la máquina excavadora pensando que ya no hay nadie con vida»», apostilló en relación a las tareas de desescombro tras una catástrofe.

Según Parejo, en un mes se puede entrenar a un perro inicialmente de cualquier raza con las técnicas del método, mientras que los guías necesitan de unas 1.500 horas de formación para conocer la metodología.