La Autoridad Portuaria (APB) está decidida a mantener la actual restricción de entrada de vehículos, entre ellos los taxis, al puerto de Ibiza en verano de 8 a 11 horas y de 16 a 18 horas. Así lo confirmó ayer su presidente, Joan Gual de Torrella, quien defendió la peatonalización del paseo en beneficio del «interés general por encima del particular de un colectivo minoritario», el de los taxistas, que reclaman entrar a cualquier hora. Y en defensa de un proyecto de recuperación del frontal marítimo para «los ciudadanos».

Los taxistas reiteran su petición de circular libremente por el puerto, donde ya no amarran barcos de líneas regulares, únicamente yates privados y algún crucero, que disponen por otra parte de servicio de bus para sus clientes. E incluso su portavoz, Alejandro Cardell, asegura que cuentan con el apoyo del alcalde, Rafa Ruiz, quien se ha ofrecido para mediar con la APB para que puedan entrar «a cualquier hora» y disponer de una parada.

Desde el Consistorio negaron ayer que haya intención de cambiar la limitación de entrada de vehículos y cualquier compromiso de mediación. El Consistorio explica que mantuvo una reunión con los taxistas de «preparación de temporada» en la que éstos le trasladaron sus reclamaciones. «Pidieron una parada portuaria y el Ayuntamiento se comprometió a estudiarlo, como hace siempre que llegan propuestas de un sector. En ningún caso se comprometió a algo que no está en su mano porque es zona APB», indica la institución en una nota.

Además, el equipo de gobierno recuerda que «apuesta en primera instancia por consolidar el uso peatonal» del puerto. «Esta temporada no hay cambios previstos en este sentido», reitera Vila.

Gual de Torrella sí reconoció que ha hablado con el Consistorio al respecto, y que lo volverá a hacer si es necesario después de Pascua, cuando tiene previsto visitar Ibiza. «Les he dicho lo mismo que a usted», dijo en relación a la conversación con este diario: «La medida es magnífica para los intereses de los ibicencos a largo plazo y soy consciente de que me crea críticas, pero defiendo el interés general».

Incluso detalló que, para desmontar uno de los argumentos de los taxistas, la distancia del puerto con la parada de la avenida de Bartomeu de Roselló, les puso como ejemplo el aeropuerto: «¿A qué distancia está el avión de los taxis en el aeropuerto? A una quinta parte de cualquier punto del puerto con la parada» de Vila.