Los hoteleros de Balears han aplicado la mayor subida de precios de todo el país durante los últimos años, hasta el punto de duplicar la media española, y todo ello sin perder un solo cliente y encadenar temporadas con cifras récord de visitantes, una historia que se ha terminado saldando con la mayor subida de salarios en décadas para los trabajadores del sector. Todo ello coincide con un periodo de fuertes aumentos en la demanda que han acompañado a los problemas de otros destinos competidores. La Dirección General de Empleo y Economía del Govern ha elaborado un estudio sobre la evolución de los precios del alojamiento de las islas y el impacto que ello ha tenido en la llegada de visitantes, con las conclusiones antes señaladas.

En concreto, entre 2011 y 2017 este crecimiento en las tarifas hoteleras ha sido del 53,1%, un porcentaje al que no se acerca ninguna otra comunidad autónoma turística. Por detrás aparece Canarias, pero a gran distancia, con un encarecimiento acumulado durante ese periodo del 37,5%. Pero el dato más significativo es que ese porcentaje balear duplica la media española, cuya subida se queda en un 25,9%. Si se analiza por islas, el incremento de los precios hoteleros en Mallorca entre 2011 y 2017 ha sido del 47%, del 45,2% en Menorca y son Ibiza y Formentera las que más han aprovechado la fuerte demanda turística de esos años, al elevar sus tarifas un 80,1%.

Fuertes inversiones

Según el estudio del Govern, la mejoría en la rentabilidad hotelera de los primeros años durante el periodo antes señalado facilitó que el sector emprendiera fuertes inversiones para elevar la categoría de sus establecimientos, con proyectos por valor de 196 millones de euros en 2015, 217 millones en 2016 y 270 millones en 2017. Es precisamente durante estos ejercicios, una vez elevada la calidad de los establecimientos, cuando el alza en los precios hoteleros se hace más intensa, con una media del 10,4% en 2015, un 5,9% en 2016 y un 7,4% en 2017, sin que en ninguno de esos tres ejercicios alguna otra autonomía turística se colocara por encima de Balears en esta materia.

El alza más acentuada se ha registrado en los precios de la temporada alta, según se apunta, gracias a que los hoteles isleños se acercan ya al límite de su capacidad durante el verano (algo destacado también por el BBVA durante la reciente presentación de su informe sobre las islas), lo que permite al sector maximizar sus beneficios de la mano de la fuerte demanda existente. Por contra, la temporada baja presenta alzas más moderadas para en este caso atraer a más visitantes, lo que se refleja en el alargamiento de la apertura hotelera que se está obteniendo y los beneficios que ello está suponiendo para el empleo.

Todo ello se ha conseguido sin perder clientela, lo que hace que una de las conclusiones de este informe es que el turista que acude al archipiélago es escasamente sensible a estas subidas. Recientemente, el economista Emilio Ontiveros ya aseguró que, cuanto mayor sea la calidad del producto turístico que se ofrece en las islas, menos vulnerables serán éstas ante fenómenos como el Brexit: «Al que quiera venir aquí le dará igual pagar unas pocas libras esterlinas más».

Evolución de la clientela

El estudio refleja también el aumento de los visitantes que las islas han tenido durante este periodo. El número de pernoctaciones que han registrado en el archipiélago solo se redujo en 2014, pero a partir de ahí no ha dejado de aumentar: un 3,3% en 2015, un 6,8% en 2016 y un 1,3%. Y todo ello pese a coincidir con las temporadas en las que las subidas de precios fueron más acentuadas.

Eso supone que entre 2010 y 2017 esas pernoctaciones se elevaron en el archipiélago un 28,5%. Este aumento no es el más acentuado del país (Canarias ha conseguido un alza del 57,7% y Cataluña del 41,1%), pero se mueve en la línea del de otras comunidades turísticas españolas (la subida en Andalucía ha sido del 27,5% y en la Comunidad Valenciana del 24,4%), y supera las de otros países competidores (en Francia se cifra en un 10,5% y en Italia en un 14,3%).

Los fuertes aumentos que se han dado en el conjunto de España explican que el país se haya convertido en la segunda potencia mundial en materia turística, tras superar a Estados Unidos y situarse ya solo por detrás de Francia.

Según el informe del Govern, todos estos datos son clave, ya que «desde un punto de vista de competitividad disponer de un mercado turístico con recorrido para subir precios es un elemento fundamental para poder establecer políticas de calidad y facilita las bases para una sostenibilidad económica y social de esta actividad».

Hay que tener en cuenta que en 2017 sindicatos y patronal firmaron un nuevo convenio que contempla una subida de los salarios del 17% en un plazo de cuatro años, correspondiendo para 2018 un alza del 5% en las retribuciones.