La mejor forma de conseguir que los médicos que vienen de fuera se queden en Ibiza es que se enamoren de un indígena. Así lo afirma, en tono de broma, la gerente del Área de Salud de Ibiza y Formentera, Carmen Santos. El tono engaña. No hay tanta broma detrás de ese comentario. Quienes llegan y forman una familia con alguien de la isla, lo que garantiza tener apoyo en la crianza, no suelen marcharse. Es una de las situaciones que expone la gerente para explicar que las cuestiones personales son las que más peso tienen a la hora de que un médico decida dónde ejercer. Seguidas de la proyección profesional y de lo a gusto que se encuentren. Ella misma, valenciana, recuerda que llegó a la isla para una temporada: «La isla me atrapó».

«La mala propaganda del catalán y la vivienda no ayuda»Teresa Nogueiras, jefa de Anestesia

«La gente se mueve por motivos personales», afirma Teresa Nogueiras, jefa de Anestesia de Can Misses, en un momento de calma de una guardia. Esas cuestiones fueron la causa de las últimas marchas de su servicio. En estos momentos son 13 profesionales, pero en junio serán 16, ya que han contratado a tres. Reconoce que conseguir especialistas es complicado, algo que, afirma, se debe «a muchos factores». La insularidad, el problema de la vivienda, el catalán y la demanda de anestesistas en todo el país. «En esta situación, la tendencia es a quedarse en los hospitales de referencia», afirma Nogueiras, que considera que la «mala propaganda» que se hace con el catalán y la vivienda y la imagen que esto da fuera «no ayuda» a conseguir que vengan profesionales.

De hecho, asegura que los últimos profesionales que han llegado al servicio han preguntado por el decreto. En su opinión, lo más importante para un médico es «sentirse realizado» y poder «crecer», a pesar de lo cual, los incentivos económicos, especialmente en un lugar como Ibiza, que es caro y del que salir cuesta bastante, «ayudan». Asegura que la buena calidad de vida acaba compensando el elevado coste de la vivienda, pero reconoce que es posible que en el futuro algunos de los integrantes de su plantilla, «que es muy joven», decidan marcharse si quieren tener hijos, no cuentan con apoyo familiar y tienen buenas ofertas laborales.

Nogueiras sabe de lo que habla. Llegó a Ibiza en septiembre de 2016 con su marido, el cirujano vascular. «Ojalá hubiéramos venido antes», exclama. Antes de llegar a Balears estaban en Canarias. «No se vive nada mal, pero si aquí la insularidad es complicada, allí lo es más», comenta antes de recordar que cualquier vuelo desde allí a la Península dura más de dos horas y es bastante más caro que desde Balears. «En Canarias faltan anestesistas, faltan pediatras... No es algo que pase únicamente aquí», concluye Nogueiras.

«he pasado de 40 currículums a uno»Paz Merino, jefa de UCI

«Todos tenemos apego a nuestro entorno. En general no queremos salir de él o queremos volver cuando podamos», indica Paz Merino, jefa de la UCI de Can Misses, que añade: «Lo de la insularidad no le gusta a todo el mundo. Las islas son caras y desplazarse, además de complicado, es costoso». Merino destaca que a esto, que ha estado ahí siempre, se han sumado en el último año numerosas ofertas públicas de empleo en la Península, especialmente en Andalucía, que dificulta que los profesionales busquen empleo fuera y que facilita que los que están aquí pero son de allí, se marchen.

Así perdieron a Juan, intensivista andaluz que tenía casa allí y que cuando tuvo la oportunidad, regresó. Y lo mismo con otra pareja de médicos: «Les dieron plaza y tenían casa. Además, eran reacios a aprender catalán». En este sentido considera que el decreto de catalán, con el que no está de acuerdo, es «un factor más» que, sumado a todos los demás, complica la contratación: «Es una barrera más, pero no es la única». Con todo esto (querer estar cerca de la familia, insularidad, coste de la vida, vivienda y catalán) no es de extrañar lo que le ocurrió hace poco: «Se le ofreció una plaza a un intensivista que estaba en Madrid, con un contrato de guardias, y aunque aquí se le ofreció una interinidad, prefirió quedarse allí».

«Hace dos años recibí 40 currículums, entrevisté a 20 candidatos y contraté a uno. En el último año sólo he recibido uno. Hay una diferencia abismal», indica. Para ella, la contratación de profesionales pasa por hacer que los servicios sean «atractivos» para los profesionales. Eso implica que esté organizado, que cuente con una cartera de servicios interesante y que ofrezca expectativas. «Los servicios que tienen una movilidad muy elevada quizás deberían plantearse por qué», apunta. Recientemente, explica, han contratado a dos intensivistas. Fue fácil porque estaban ya en Balears y tenían vivienda.

«La gente quiere estar cerca de su familia»José Antonio Chumillas, director de Atención Primaria

El pasado mes de agosto fue «terrible» para el director de Atención Primaria del Área de Salud Pitiusa. No encontraba médicos de familia: «Eso no se debe a una sola causa, sino a muchas, pero las que priman son las personales». «Los médicos, como cualquier otra persona, quieren estar cerca de su familia y ahora, tras el parón de contrataciones por la crisis, que les obligó a moverse, pueden volver», detalla. Chumillas defiende que las condiciones laborales de los médicos de Primaria, tanto los de consultas como los de Urgencias, en las Pitiüses «son muy buenas», pero eso no está por encima del deseo de alguien de estar con los suyos.

Las cuestiones personales son también las que hacen que los profesionales decidan venir a la isla: «Quieren un lugar tranquilo, necesitan un cambio...». Muchos llegan por el boca a oreja, por otros profesionales que ya están aquí y les sugieren que vengan o también a través del Colegio de Médicos y la Sociedad de Medicina Familiar. Los que más problemas tienen para contratar son pediatras: «Son muy escasos y, además, la mayoría prefiere la atención hospitalaria». Reconoce que sería más fácil encontrar médicos si la vivienda fuera más accesible, especialmente cuando tienen que llegar a la isla en verano, y no le da especial importancia al decreto del catalán, del que considera que se está hablando «demasiado». «No recuerdo haber tenido un problema serio con el idioma», indica el director de Primaria, que llegó a la isla desde su Barcelona natal también por «motivos personales». Confiesa que desde el primer momento lo tuvo claro: «Si puede ser, de aquí no me muevo». Está convencido de que la falta de algunos especialistas y las dificultades de contratación se deben a la diferencia entre las plazas (muchas) y los profesionales disponibles (pocos), como en el caso de Radiología, sobre lo que, además, recuerda: «Hace diez años ya había falta de radiólogos y entonces no había problemas ni de catalán ni de vivienda».

«Del catalán se habla mucho fuera, aquí no»Rodolfo Moreno, jefe de Ginecología y Obstetricia

En los últimos años el servicio de Ginecología y Obstetricia ha pasado de 10 a 14 médicos y de 14 a 23 matronas. «No hemos tenido serias dificultades», afirma su jefe, Rodolfo Moreno, que detalla que también han perdido profesionales: «Unos se fueron por cuestiones personales y otros a Formentera, así que no han abandonado el área». Para él, el truco para conseguir que los profesionales vengan a Ibiza a pesar de las dificultades que suponen la insularidad, el coste de la vida y los problemas de vivienda, es que Can Misses es «un hospital comarcal, pero reforzado por la insularidad». Es decir, que en él se ofrecen prestaciones que, si no fuera por la condición de isla, no serían posibles porque se derivaría a los pacientes al hospital de referencia. «Además, aunque su población es de 150.000 personas, en verano hay muchas más y eso garantiza que hay suficiente casuística para garantizar la práctica», indica.

Aunque reconoce que últimamente, al tener la plantilla completa, se ha despreocupado de los currículums, asegura que siguen llegando, lo que significa que hay interés por trabajar en Ibiza. A pesar de esto, es consciente de que ha aumentado la oferta de plazas en lugares como Andalucía y Castilla y León. Asegura que el decreto de catalán no es un tema de conversación en el servicio, donde varios de los profesionales están yendo a clases de catalán con la intención de sacarse el título que exige la conselleria: «Se habla mucho fuera, en la prensa, pero aquí apenas se comenta. Soy andaluz y no he tenido problemas con el catalán». Cuando se le pregunta por qué acabó quedándose en Ibiza, el jefe de Ginecología le da la razón a la gerente: «Por una ibicenca».