El pasado año, el déficit de trabajadores en la hostelería, provocado esencialmente por la carestía de la vivienda, provocó un desenfrenado ´baile´ de empleados entre negocios, que se los ´robaban´ descaradamente unos a otros. Pero esa carencia no sólo afectó a los hoteles y al sector de la restauración: «Entre los mayoristas de la alimentación se da mucho entre los repartidores. Son muy atractivos. Raro es que, en mi empresa, no me venga uno cada año diciendo que le han ofrecido algo más en otro distribuidor de bebidas. Toca entonces que nos sentemos a hablar», cuenta Alfonso Rojo, presidente de Pimeef.