La Asociación de Viviendas y Alojamientos Turísticos (AVAT) ha elegido recientemente como nuevo presidente a José Antonio Llano Marí, en sustitución de Roberto San Esteban. La AVAT es la entidad que agrupa a gran parte de las casas de campo que se alquilan en verano a turistas y aboga por el cumplimiento de las leyes.

¿Cómo llevan el sambenito de propietarios de casas para millonarios?

Hay viviendas para todo tipo de clientes. Además, la mayoría de las casas que comercializamos son propiedad de ibicencos que, a raíz de la legalización de estas viviendas, las han reformado y las ofrecen a todo tipo de público. Es cierto que hay mucha gente que viene a Ibiza con mucho dinero. Pero las hay para todo tipo de cliente. Es verdad que son casas caras, pero Ibiza tiene un nombre y son viviendas caras comparadas con otros destinos. Comercializamos viviendas aisladas, que van desde una habitación hasta seis en un principio, pero desde 2015 se añadieron dos más y una tercera. Realmente hay viviendas con muchísimas más habituaciones, fuera de la normativa y no regularizadas.

¿Qué opina de la polémica sobre la falta de vivienda en Ibiza cuando, al mismo tiempo, se usan tantas casas sólo unos pocos meses en verano para el turismo?

Es cierto que hay un problema con la vivienda en la isla. Es obvio. Yo mismo tengo problemas para encontrar a personal para trabajar en verano. Pero yo no culparía del problema a estas viviendas unifamiliares. Nosotros comercializamos un producto que no va destinado al alojamiento residencial. Otra cosa es si hablamos de los pisos turísticos, que sí pueden afectar más a la falta de vivienda. El tipo de casa que nosotros ofrecemos no es modelo para un trabajador que viene a trabajar seis meses a la isla.

¿Cómo ve la decisión del Ayuntamiento de Ibiza de pedir la prohibición de alquilar turísticamente tanto pisos como viviendas unifamiliares en el municipio?

Bueno, es una primera petición por parte del Ayuntamiento. Pero no nos gusta que se vaya a prohibir el alquiler turístico en viviendas unifamiliares. Estamos en contra de que se prohíba lo que no esté reglado o en edificios plurifamiliares, pero nuestras casas son un producto específico destinado al turismo. No creo que sean la razón de la falta de vivienda en la isla.

¿Qué tendencia sigue este negocio? ¿Continúa en crecimiento en la isla?

Se mantiene. Lo que vemos en los últimos años es que se reduce la estancia media. Quizá sea por los precios, puesto que Ibiza es cara, como decía antes. El cliente compara con otros destinos. Y luego está el auge de las plataformas on line, de las que en principio no estamos en contra, aunque pedimos que las viviendas allí se publiciten estén reguladas y tengan su número de registro. Ofrecen vivienda legal e ilegal y favorecen así estancias de un día o dos. Esto hace que baje la estancia media. En cuanto a los precios, estos años ha habido gente que ha subido los precios a lo loco. Nosotros abogamos por una contención, pues no vale todo. El precio se ha de corresponder a la calidad de lo que se ofrece.

Pero la sensación que hay es que uno puede pedir lo que quiera, que siempre habrá alguien que lo pague.

Este es el problema. Pero a la larga, esto es contraproducente para nosotros. No podemos seguir subiendo, porque llegará un día en que Grecia y Turquía se recuperarán y lo sufriremos.

¿A qué porcentaje del sector representa la Asociación de Viviendas Turísticas de Alquiler?

Somos unos 200 socios, de los que unos 30 son comercializadores y, el resto, propietarios. Queremos incrementar el número de socios. Ahora vamos a potenciar también la web para luchar contra el intrusismo y las estafas que hay en internet. Queremos una web potente para saber si cada vivienda está legalizada o no, para que la gente sepa qué está reservando. Y queremos crear un sello distintivo para que sepa que todo es legal, que la casa tiene un seguro y demás garantías.

¿Se producen muchas estafas en este sector?

Sí, desgraciadamente. Y cada vez va a más. Hay gente que contrata como testaferros a personas sin recursos, en paro, les abre una cuenta corriente a su nombre, publicitan casas cuyas fotos roban de una web y luego las alquilan. Cuando el cliente viene a Ibiza, la supuesta empresa ha desaparecido. Son estafas que vienen por web falsas, pero los grandes portales también deberían controlar un poco más quién es el propietario de las casas que publicitan. Hay veces que tu publicitas tu casa y resulta que te la encuentras luego en otra web diferente. Una persona la ha subido a ese otro portal, estafando. Esas webs deberían haber exigido un comprobante de propiedad de esa vivienda. Creo que los grandes portales podrían hacer mucho más a la hora de controlar esto.

¿Pero de qué porcentaje de estafas estaríamos hablando?

Según una encuesta que realizó la asociación a finales de la temporada pasada, basada en 16 empresas comercializadoras, el 66% se habían encontrado con clientes que habían firmado contratos falsos con empresas o páginas falsas. Pero puedo asegurar, entre los propietarios, ha habido muchos más casos. Ha habido agencias que han tenido, en verano, seis o siete reservas para la misma casa, y todas falsas. La mayoría de los clientes había pagado una parte, o bien todo, y cuando llegan a la isla, no hay casa. Esto es una imagen fatal para la isla y, desde luego, fatal para el comercializador oficial de esa casa, porque parece que ha hecho una estafa, cuando él ha sido uno de los estafados.

¿Todas las casas que están en su asociación tienen el número de registro turístico?

Todas han presentado una declaración responsable en el Consell, y muchas han presentado la solicitud de la licencia turística, pero la mitad están pendientes de que el Consell haga la correspondiente inspección por falta de medios. No quiere decir que sean ilegales, porque pueden operar legalmente con la declaración responsable.

¿Cuál es el perfil típico de los turistas que alquilan estas casas?

Es un perfil muy variado. A veces casas grandes se alquilan por parte de un grupo de amigos que viene a pasar unos días, pero también por parte de una familia con sus hijos. Es un tipo de turismo que gasta mucho en la isla y ayuda a repartir mucho la riqueza que genera el turismo. Me refiero a las casas legales.

¿Hay muchas ilegales?

Son casi el doble respecto a las legales.

¿Y se puede combatir de algún modo esto, teniendo en cuenta que el Consell no tiene medios?

La nueva normativa que obliga a los comercializadores a publicitar el número de registro turístico de la casa puede ayudar a controlar esto.

Ustedes rechazan los pisos turísticos, pero ¿es simplemente porque les hacen la competencia?

Bueno, y porque para Ibiza no es lo mejor tener edificios plurifamiliares en los que se mezclen residentes y turistas. Otra cosa es que haya zonas turísticas que pueden compatibilizar estos usos.

¿Hay mucho protagonismo de empresarios extranjeros en la propiedad de estas casas?

En su mayoría, los propietarios de estas casas son familias ibicencas, que han reformado estas viviendas y suelen tener una o dos. Eso no quiere decir que no haya algunos extranjeros también.

Muchas de estas casas acaban convirtiéndose en discotecas privadas. ¿Los propietarios ejercen algún tipo de control sobre estas actividades o se limitan a alquilarlas a quien sea y a pasar de todo?

El propietario está pendiente. Es cierto que ha habido últimamente mucha polémica con el tema de las fiestas.

Nosotros estamos en contra de que se usen nuestras viviendas para fiestas ilegales. Son para residencia del inquilino, y quizá alguna pequeña celebración, pero no fiestas con un número descontrolado de personas y música alta. Eso es lo que queremos evitar.

¿Y cómo lo evitan?

Bueno, con los años y la experiencia te vas dando cuenta de qué tipo de peticiones te llegan. Si recibes una solicitud y es para una o dos noches y es un grupo de amigos, pues le dices que no.

Es decir, al final se trata del sentido de la responsabilidad individual de cada propietario.

Sí, y de cada comercializador. El comercializador es el primer interesado en que esto no pase. La responsabilidad también recae sobre él en caso de que haya una sanción. No es sólo responsable el propietario. El problema de la isla es que no hay medios suficientes para controlar esto. No sé si es por la Ley Montoro o no, pero lo cierto es que no se da abasto.

¿Pero realmente usted cree que hay conciencia entre propietarios y comercializadores para que las casas no se conviertan en discotecas?

Yo creo que sí, porque estamos en una isla con las casas muy juntas. A nadie le interesa que tus vecinos se quejen y se cree una alarma en la zona.