La presidenta del Govern, Francina Armengol, apeló ayer en su discurso institucional por el Día de les Illes Balears a «la libertad de expresión» y a no retroceder en derechos. « No nos podemos permitir ni un paso atrás. En la libertad de expresión florece nuestra mejor versión, en la educación germina el respecto y en la confluencia del respeto y la libertad encontramos siempre la respuesta acertada; esta es la fuerza de la democracia», afirmó Armengol. La jefa del Ejecutivo apreovechó para apostar por el « diálogo» que en Balears ha permitido recuperar «la paz educativa» y ha colocado a las islas en el camino hacia «la paz social», en una comparación implícita entre su Govern y el anterior Ejecutivo del popular José Ramón Bauzá.

La intervención de Armengol fue, en la práctica, un repaso de las políticas de su Ejecutivo en los aspectos que considera más relevantes. Para ello, aprovechó las características de los premiados con las Medallas de Oro de la Comunidad y los Premis Ramon Llull. Así, por ejemplo, la Medalla de Oro de la Comunidad a Carme Riera le sirvió para defender el valor del catalán como lengua cooficial de Balears al ensalzar a «una académica de la lengua española que es, a la vez, referente de la literatura en catalán, una doble virtud que sintetiza el valor integrador de las lenguas que compartimos».

El Premi Ramon Llull para la Taula de Xarxes del Tercer Sector Social le permitió resaltar las «políticas sociales pioneras, como la renta social, para estar peor de quienes peor lo pasan» y «la estrategia decidida para afrontar la cronicidad, con la que nos queremos avanzar al futuro» ante el envejecimiento de la población.

La presidenta tampoco olvidó lanzar un mensaje contra la corrupción, una lucha representada en el Premi Ramon Llull al juez José Castro. Así, resaltó que «el progreso también se alimenta de la integridad y la constancia» de personas como él, «un mallorquín de Córdoba que ha trabajado sin descanso para contribuir a que estas islas recuperasen el camino de la ética y la honestidad que nunca deberíamos haber abandonado».

El juez

El juezEl juez José Castro, distinguido con el premio Ramon Llull por el Govern, fue el gran protagonista del acto de entrega de los premios. Vitoreado cada vez que se mencionó su nombre en el auditorio del Palacio de Congresos, el magistrado recientemente jubilado pronunció un discurso que terminó con una ácida crítica al actual sistema judicial: « Haré una petición al Govern. A este y a los que vengan del signo político que sean. S i algún día asumen competencias en materia de justicia, que la justicia que diseñen se parezca en lo justo a la que tenemos ahora», ha manifestado el juez instructor del caso Nóos, que sentó a la Infanta Cristina en el banquillo de los acusados.

«Lo digo con todo el respeto a aquellos que trabajan en la justicia», añadió Castro, que concluyó su discurso dando las gracias en catalán. El magistrado se dirigió al fallecido poeta ibicenco Manel Marí, Manel Maríen el que fue el momento más emotivo de la entrega de premios: «La muerte de todo artista siempre es prematura, pero la tuya más», lamentó, a la vez que ha proseguido señalando que «nos has dado lo suficiente para poder admirarte. Gracias Manel», ha pronunciado Castro ante la viuda y la hija del poeta, que han recogido el premio por él.

Los premiados

Los premiadosEn el acto celebrado en el Palacio de Congresos se entregó la Medalla de Oro -la más alta distinción que concede el Govern- el investigador Lluís Quintana-Murci y la escritora Carme Riera.

Asimismo, se otorgaron los Premis Ramon Llull al juez José Castro; el poeta Manel Marí, fallecido en enero en Valencia; el historiador Santiago Colomar; el cantante lírico Simon Orfila; la Taula de Xarxes del Tercer Sector Social; las agrupaciones de voluntarios de Protección Civil; Astilleros de Mallorca; la directora teatral Merche Chapí; la ex vicecónsul honoraria británica en Menorca, Deborah Bridget; el Teatre del Mar, el Club Náutico Ibiza y el Lobby de Mujeres de Mallorca.