El Plan general de puertos de Balears descarta la creación de nuevas infraestructuras y la ampliación de las existentes, según anunció ayer el conseller de Territorio del Govern, Marc Pons. Esta regulación no afecta a las marinas dentro de los puertos de interés general, que están bajo competencia del Estado, como Marina Botafoch y Marina Ibiza, en Vila, o Formentera Mar y Marina de Formentera en la Savina.

El Govern, a través de la empresa pública Ports de Balears, ya había rechazado en septiembre los proyectos, pendientes de tramitación, para construir nuevos puertos deportivos en Eivissa, como el de Talamanca y el de Portinatx. Ahora la conselleria de Territorio ha iniciado la redacción de este plan general, del que ya ha avanzado que no permitirá «nuevos puertos y ampliaciones, porque choca con la filosofía medioambiental y los planteamientos del Govern balear para el uso del litoral», según resaltó Pons, que compareció en Palma para esbozar las «líneas estratégicas» del futuro documento.

Pons definió este plan general como «el instrumento de planificación que determinará cómo deben ser los puertos de las islas y cómo se han de articular nuevas fórmulas que permitan favorecer el acceso de la ciudadanía al mar y al mundo náutico».

A pesar de esta prohibición de cara a futuras infraestructuras, el conseller señaló que la normativa busca, entre sus objetivos, «ver cómo se aumenta la accesibilidad al mar para los ciudadanos».

Boyas, rampas y marinas secas

En este sentido, Pons destacó la apuesta del Govern por fomentar alternativas a los amarres tradicionales con métodos que impliquen menor impacto ambiental, «como una buena gestión de los campos de boyas».

«Habrá líneas de trabajo, como intentar aprovechar los espacios interiores de las zonas portuarias y entender el papel que pueden desempeñar las marinas secas en nuestras islas», destacó el conseller. Además, el Plan general de puertos de Balears también fomentará la creación de nuevas rampas varadero, en las instalaciones existentes, «como elementos que faciliten el acceso de los residentes en las islas para que puedan disfrutar el mar».

Otra de las líneas que apuntó Marc Pons para dar respuesta a la demanda de la náutica de recreo, aparte de los puntos de amarre, se enmarcaría en «nuevos formatos de gestión del uso privado de la embarcación». «La multipropiedad permite optimizar la gestión de los puertos donde una sola barca tiene el amarre de por vida.»

«Este no va a ser una plan desarrollista que plantee nuevos puertos deportivos, porque las Balears del siglo XXI no deben ir por allí». «Son los criterios medioambientales y de sostenibilidad económica y social los que deben marcar este plan estratégico», concluyó Pons.

Gestión pública

Por otra parte, el conseller de Territorio también hizo referencia a la gestión de Ports de les Illes Balears, de la que destacó que, en esta legislatura, «se ha llevado a cabo un giro de 180 grados que permite encara un modelo público». «El planteamiento que nos encontramos hace tres años era que se habían dado los pasos para privatizar los puertos de Balears», según el conseller.

«Es muy importante mantener la gestión pública de los espacios portuarios de gestión directa. Así se garantiza que los ciudadanos con menos recursos, a través del servicio público, tengan opción a acceder a espacios portuarios», defiende. En Eivissa, Ports de les Illes Balears tiene las competencias en Sant Antoni y Santa Eulària, donde cuenta con concesiones administrativas para la náutica deportiva, de manera que sólo gestiona directamente una parte de las instalaciones portuarias de Portmany.

Pons también destacó que la redacción del Plan general de puertos tiene en cuenta los efectos del medio ambiente en el litoral. «Las obras marítimas del futuro deberán diseñarse para resistir los efectos del cambio climático», subrayó el conseller.