El sector pesquero de Ibiza y Formentera registró un descenso de las capturas de un 7% en 2017 respecto al año anterior y de un 4% menos en la facturación. Las Pitiusas cuentan con tres cofradías de pescadores que agrupan a 120 profesionales, distribuidos entre la de Ibiza (55), Formentera (37) y Sant Antoni (28).

En los últimos años este sector ha hecho una clara apuesta por la pesca artesanal y sostenible con el objetivo de garantizar los recursos pesqueros en los próximos años, poniendo el acento en campañas para incentivar el consumo de pescado de kilómetro cero, como valor añadido, e impulsando las marcas propias como ha sido el caso de Ibiza y Sant Antoni.

Con ese planteamiento y con un volumen de capturas controlado, ajustado a la flota, sus principales enemigos siguen siendo los furtivos y la venta ilegal de pescado, la presencia de flota foránea y el aumento de la de recreo.

La reivindicación de mejorar con más personal el servicio de inspección de Ibiza sigue siendo prioritaria para los ibicencos, mientras que en Formentera el patrón mayor dice que es «cero, no existe, solo en el papel», afirma.

Menos ingresos

El pasado año, las capturas de estas tres cofradías sumaron 448.099 kilogramos, mientras que las de 2016 alcanzaron los 481.846. Esto representó una facturación en 2017 de 3.938.475 euros frente a los 4.104.160 euros de 2016.

El secretario de la Cofradía de Sant Antoni, Joan Castelló, calificó la campaña de 2017 de «normal, con variaciones poco significativas», pero apuntó que habían aumentado la venta de gamba de la flota alicantina, así como la de langosta por parte de la flota local. Sin olvidar el impulso que esta Cofradía ha dado, junto a la de Ibiza desde 2015, con las marcas 'Peix Nostrum' y 'Sabors' (del Consell de Ibiza).

El aumento de las capturas de estas especies de gran valor ha repercutido en la facturación en Sant Antoni, a pesar de haber disminuido en siete toneladas las capturas totales. De hecho es la única de las tres cofradías que crece ligeramente en sus resultados, con 1.162.185 euros facturados en 2017, mientras que en 2016 fueron 1.113.169 euros.

Para los pescadores de Sant Antoni el reto para este año es «continuar con la pesca responsable y sostenible y con la promoción del pescado local». Para este colectivo las mejoras que esperan que se produzcan es «un aumento de la capacidad inspectora, de las campañas de promoción y facilidades para desarrollar la actividad en el puerto».

El representante de la Cofradía de Ibiza, Pere Valera, analizó en los mismos términos los resultados del pasado año, sin variaciones sustanciales respecto al anterior. Insistió en el compromiso de la flota local por la pesca sostenible y en el valor añadido que el consumo del pescado capturado en estas aguas representa como producto final. A su juicio, el problema de la inspección pesquera es la falta personal en aguas de Ibiza, y señaló que en Formentera contando con los vigilantes de la Reserva Marina de es Freus, están más cubiertos.

Capturas ajustadas

El patrón mayor de la Cofradía de Formentera, Iván Pérez, defendió el modelo de actividad que mantienen y que se basa en la sostenibilidad: «Nuestras capturas están ajustadas y pescar más significa pescar menos al año siguiente».

En cambio, se mostró muy crítico con la inspección: «Es cero, no hay inspección, cualquiera puede venir a delinquir y no pasa nada, se puede maquillar, pero es la realidad y así no va bien». Como ejemplo expuso la total falta de datos sobre movimientos de barcos de pesca y de capturas.