Los rumores que habían comenzado a circular el año pasado sobre el posible cierre definitivo de la emblemática Librería Vara de Rey han acabado convirtiéndose en realidad. El más importante establecimiento de este sector de las Pitiusas, fundado a principios de los años 70 y auténtica referencia social de los ibicencos, cerrará sus puertas dentro de pocas semanas, según confirmó ayer a este diario su propietario y gerente, Santiago Marí.

Marí no quiso anticipar detalles sobre este triste acontecimiento, pero señaló que la noticia ha sido ya adelantada a los trabajadores que componen la plantilla y se está haciendo lo mismo con los proveedores. «El motivo del cierre no es uno solo, no hay exclusivamente una razón, sino que hay varias de ellas», afirmó el responsable del local.

El principal motivo, según dijo, es la «bajada general de ventas, tanto de prensa, revistas y libros como de papelería, material escolar y libros de texto».

Este descenso, que no es exclusivo de Ibiza, sino que forma parte de la paulatina caída de ventas que afecta al sector librero de todo el mundo (a causa del creciente comercio por internet), ya fue el responsable del cierre, en 2013, de la librería que esta empresa ibicenca tenía junto al Mercado Nuevo y que permaneció abierta durante 37 años.

Su cierre se produjo pocos años después de que cerrara sus puertas el punto de venta que Librerías Vara de Rey tenía en el céntrico paseo de s'Alamera de Santa Eulària, coincidiendo con el inicio de las obras que reformaron dicho enclave para convertirlo en peatonal.

Peatonalización

Peatonalización

Casualidad o no, ha sido también otra peatonalización, la del paseo de Vara de Rey, la que ha dado la puntilla definitiva a esta empresa. Así lo admitía ayer Santiago Marí: «El tema de la peatonalización le ha ido muy bien a los restaurantes, pero a nosotros nos ha hundido».

De hecho, cuando se inauguró el paseo y se obligó a dejar libre de cualquier obstáculo el lugar donde antes la librería tenía colocados expositores de prensa, revistas y postales, la propiedad trató de evitar esta 'invisibilización' del establecimiento solicitando al Ayuntamiento, que le permitiera conservar estos reclamos, dado el carácter eminentemente cultural de este local.

Mientras la librería quedaba eclipsada y prácticamente borrada del paisaje urbano del paseo, el Ayuntamiento no ponía ningún reparo a la instalación de terrazas de bares y restaurantes, circunstancia que ha sido criticada por muchos otros comerciantes de la zona, que denuncian la transformación del barrio en un reducto monopolizado por cafeterías.

Este hecho, junto con la estrategia del equipo de gobierno de suprimir actividades comerciales y culturales de Vara de Rey que siempre atraían clientela y viandantes, ha convertido este paseo en «un desierto humano», según lamentaba recientemente el empleado de una pastelería de la zona que se consideraba también víctima de la actuación municipal. Otro de los focos de actividad cultural y social que había en el paseo, el Cine Serra, desapareció también hace dos años, como lo hizo la sala de exposiciones que durante varios años permaneció en funcionamiento en la esquina con la calle Comte de Rosselló. En ambos casos, han sido sustituidos por negocios de hostelería.

Libros de texto y Apimas

Libros de texto y Apimas

Al margen de este hecho, se ha producido también una fuerte reducción en las ventas de libros de texto de los colegios e institutos de la isla. Ello es así porque, hace varios años, el Govern balear autorizó a las asociaciones de padres y madres de alumnos de cada centro a vender directamente esos libros, lo que causó importantes pérdidas a las librerías, que tenían en este material una importante parte de sus ingresos anuales.

La editora y distribuidora Neus Escandell, propietaria de Balàfia Postals, calificó la noticia del cierre de la Librería Vara de Rey como un «jarro de agua fría» sobre la industria del libro de Ibiza y Formentera. «Esto es un palo muy grande para las editoriales locales», señaló, en alusión a las dificultades que tienen los libros pitiusos para comercializarse a través de internet.

Escandell fue especialmente crítica con la forma en que ha quedado el paseo después de su peatonalización y con la venta de libros de texto por parte de las Apimas. «La gente quizá se ahorra cien euros al año comprándolos así, pero se causa un gran daño a la industria del libro», afirmó. También citó como agravante las políticas de reutilización de libros, que han restado ventas a las librerías.

Hace un año, esta firma comercial había sido galardonada por la Cámara de Comercio de Ibiza y Formentera por su fidelidad a la isla y por su arraigo como empresa familiar. Ya entonces sus responsables advirtieron de la delicada situación por la que atraviesa el sector de las librerías.