Desde que se reabrió al público a finales de 2014, el Observatorio de Puig des Molins se ha convertido en un verdadero foco de conocimiento de nuestro vecindario cósmico. Más de mil personas pasan por él todos los años para observar los planetas, la Luna y el Sol y obtener explicaciones sobre estos astros. 2017 batió el récord de asistencia, con 1.300 visitantes, que fueron atendidos por los miembros de la Agrupación Astronómica de Ibiza (AAE), que realiza esta labor de forma altruista para el Ayuntamiento de Ibiza, propietario de la instalación.

Estas cifras «demuestran la gran demanda que hay en Ibiza de actividades relacionadas con la astronomía y el interés que tiene la población por conocer nuestros vecinos planetarios», afirmó ayer la AAE en una nota de prensa.

Gran parte de los visitantes son grupos de estudiantes que complementan aquí las enseñanzas que reciben en el aula sobre el Sistema Solar. Especialmente numerosas son las visitas de alumnos los miércoles por la mañana, cuando el telescopio solar del Observatorio permite contemplar las fulguraciones que emergen del astro rey y las manchas que recorren su disco, como resultado de sus erráticos campos magnéticos.

El telescopio no sólo se dedica a enseñar el cielo a quienes lo solicitan (a través de la web de la AAE), sino que los miembros de la entidad también hacen un seguimiento de las atmósferas de Júpiter y Saturno mediante las cámaras planetarias de que disponen.

Pero las fotografías más espectaculares son sin duda las que obtiene el segundo telescopio que gestiona la AAE, el de Cala d'Hort, propiedad del Consell de Ibiza, que funciona desde 2011 y que se dedica, fundamentalmente, a la obtención de imágenes de alta resolución de nebulosas, galaxias o cúmulos estelares, así como al descubrimiento de nuevos asteroides aún no catalogados.

De estos últimos cuerpos, el Telescopio de Cala d'Hort ha hallado un total de seis en 2017, «cifra baja en comparación con años anteriores, debido a prolongados trabajos de adaptación informática que se han tenido que hacer». Aun así, se han obtenido también dos fotos espectaculares de nuestro entorno cósmico: una bella imagen de la nebulosa del Velo, «que son los restos de una estrella gigante que estalló en forma de supernova», explica la Agrupación, y otra correspondiente a la nebulosa Cocoon (capullo), «un lugar donde nacen nuevas estrellas en medio de una nube de gas hidrógeno donde se van condensando los nuevos astros».

Aparte de ello, se han realizado charlas y observaciones en algunos institutos de la isla y en el propio observatorio de Cala d'Hort, así como detallados estudios sobre contaminación lumínica para buscar soluciones a este problema.