El Pleno del Ayuntamiento ha aprobado hoy de forma definitiva la modificación del ordenanza de ruidos, que contempla mecanismos para poder actuar con contundencia y con la máxima seguridad jurídica ante problemáticas que han aumentado en los últimos años, como la música en las playas o las molestias por fiestas en viviendas particulares.

Este punto ha sido aprobado con los votos a favor del equipo de gobierno, el voto en contra del PP y la abstención de Guanyem y de Alternativa Insular.

El Ayuntamiento había recibido alegaciones por parte de siete empresas y entidades del sector del ocio de Ibiza contra esta ordenanza, que cuestionaban aspectos como la competencia del Ayuntamiento, las medidas provisionalísimas que permiten a la Policía Local cerrar de forma cautelar los equipos de música de los establecimientos que no tengan limitadores o lo hayan manipulado, el máximo de decibelios que se permiten y la zonificación.

Los servicios jurídicos del Consistorio han estudiado las alegaciones y las han desestimado al entenderse que la nueva normativa sí actúa sobre competencias municipales y se ajusta a Derecho. La ordenanza entrará en vigor seis meses después de su publicación al BOIB.

Uno de los aspectos más destacables que contempla es obligar a tanto a restaurantes de playa como a los llamados clubes de playa, a tener limitadores de sonido que no permitan emitir música a un volumen superior de 65 decibelios.

Otro de los cambios relevantes es que se sancionan con más contundencia los ruidos provocados por fiestas en viviendas particulares. La modificación de la ordenanza tipifica como infracción grave incumplir el requerimiento de la Policía de parar la música, lo que supone una sanción de 12.000 euros.

A más decibelios, sanciones más elevadas

El objetivo es, según el Ayuntamiento, poder aplicar directamente las sanciones máximas que permite la Ley ante determinadas infracciones, una modificación que afecta también a los establecimientos de ocio.

Así, se concretan mucho mejor las sanciones, en función de en cuántos decibelios se ha pasado el infractor, respecto al que marca el mapa de ruidos. Es decir, de cuántos más decibelios se pasen, más alta es la sanción.

Con esta modificación de la normativa, la Policía Local podrá aplicar de forma inminente medidas cautelares ante determinadas infracciones. Por ejemplo, en el caso de los limitadores de sonido, cuando estén desprogramados o manipulados.

Finalmente, se incorpora una zonificación acústica del municipio -el que se denomina mapa de ruidos. Se trata de establecer el uso principal de todas las zonas del municipio -residencial, turístico, industrial- y, a partir de aquí, establecer un máximo de decibelios autorizado. Siempre que haya un uso residencial principal tiene que primar sobre el turístico, aunque sea una zona donde haya algún hotel.