«Los pequeños cambios son poderosos». Recordando el lema del televisivo Capità Enciam -personaje creado a mediados de los años noventa por TV3 para concienciar a los espectadores sobre las utilidades del reciclaje-, el director general de Educación Ambiental, Calidad Ambiental y Residuos del Govern, Sebastià Sansó, instó a los estudiantes de colegios e institutos de las Pitiusas a mantener su conciencia ambiental y continuar trabajando en la línea que les ha llevado a obtener el reconocimiento de centro ecoambiental, cuyos galardones y diplomas se entregaron ayer.

En un acto celebrado en el Club Diario, y en el que no faltaron referencias a la intensa borrasca que ha atravesado las islas, 38 escuelas infantiles, colegios e institutos pitiusos vieron reconocido el esfuerzo que hicieron en el curso 2016/2017 para incorporar y desarrollar mejoras ambientales.

Precisamente el temporal, que obligó a cerrar los puertos de Ibiza y la Savina, impidió a los alumnos del CEIP Mestre Lluís Andreu de Formentera recoger por primera vez el galardón de centro ecoambiental. «Intentaremos acercarnos nosotros y dárselo en otro momento», indicó la educadora ambiental Nieves de la Concepción.

Éste era el único centro que no había obtenido nunca antes el galardón, mientras que otros 13 colegios y un instituto lo renovaron y 23 centros más que lo tienen en vigor -se otorga por dos años «para que haya una mejora continua», subrayó De la Concepción- obtuvieron un certificado de participación en la decimotercera edición del programa de centros ecoambientales.

La educadora ambiental, igual que la delegada de Educación en las Pitiusas, Margalida Ferrer, felicitó a los centros por su «constancia», puesto que hay algunos que participan en la iniciativa desde la primera edición. Y subrayó que en el curso actual ha crecido el número de inscritos hasta alcanzar los 45.

De la Concepción dijo que el objetivo del programa es que los colegios e institutos incorporen «mejoras a nivel de gestión del agua, de energía, de movilidad o biodiversidad», entre otras. Para ello, a principio de curso diseñan un proyecto, lo desarrollan y al acabar presentan una memoria que se entrega a las consellerias de Educación y Medio Ambiente para su valoración. « Y si consideran que están consiguiendo los objetivos ambientales que se habían propuesto, se les reconoce la tarea con el galardón», dijo.

En esta línea, señaló que los temas más trabajados son de gestión de residuos; energía y auditorías energéticas para reducir el consumo de electricidad; huertos o talleres de reutilización de materiales para darles una segunda vida. Detalló que también hay centros que han colocado placas fotovoltaicas para cargar teléfonos móviles o que se están iniciando en movilidad en el sentido de reducir la cantidad de vehículos que llegan al centro.

Ferrer destacó la necesidad de trabajar para conservar el medio ambiente y el entorno «que es limitado» y animó a los estudiantes a trasladar a sus hogares, sus familias y amigos todo lo que aprenden. «Porque si no, nuestro futuro puede ser incierto», aseveró.