La delegación en las Pitiusasdel Sindicato Médico de Balears (Simebal) pedirá hoy a la gerente del Área de Salud de Ibiza y Formentera, Carmen Santos, que medie ante el Govern para que éste dé marcha atrás en el decreto de catalán para que el conocimiento de esta lengua sea un mérito y no un requisito. Así lo aseguró ayer el portavoz en las Pitiusas de este sindicato, Carlos Rodríguez, que afirmó que la conselleria balear de Salud «se está equivocando».

«Los profesionales están preocupados. La gente de fuera no quiere oír hablar del catalán ni de pronoms febles. Se está generando un problema grave. El Govern se ha buscado un enemigo donde no lo había», indicó Rodríguez, quien reconoció que la coyuntura actual en España «no favorece» la percepción de buena parte de los profesionales sanitarios de las Pitiusas «hacia todo lo catalán». «Seguro que si lo llamáramos ibicenco no generaría tanto rechazo. El Govern no ha acertado no sólo en las formas sino tampoco en el momento», continúa.

Mérito, no requisito

Rodríguez defiende que los profesionales sanitarios deben aprender el catalán para poder atender a los pacientes, pero no cree que deba ser obligatorio tener el nivel B2. Entiende que el catalán sea mérito, que se dé un plazo a los profesionales para aprenderlo, algo a lo que deben comprometerse. Y también que el catalán que deban conocer los médicos y enfermeras sea más de carácter asistencial, que les permita entenderse con los pacientes, no un nivel ya establecido que les obligue «a saber hacia dónde se acentúa una vocal. Por otra parte, ¿de qué sirve que alguien tenga el nivel D si luego no lo usa?».

El portavoz sindical está convencido de que el decreto de catalán es una imposición de Més y, además, recuerda que la situación no es la misma en Ibiza que en las otras islas e insiste en que si el problema de la vivienda ya complica la llegada de profesionales a la isla, el decreto de catalán hará «que ni se lo planteen». En este sentido, asegura que cinco médicos de fuera de la isla se interesaron por las ocho plazas de interinos del servicio de Urgencias y que, al final, no se presentaron.

El decreto pone en riesgo el servicio de Urología

De la misma manera, alerta de que el decreto pone en riesgo la continuidad del servicio de Urología: «Es un equipo extraordinario. Están preparadísimos, no tienen listas de espera, pero ninguno de ellos tiene el título de catalán. Uno de ellos es alemán y recuerda que nadie le pidió un título de castellano para ejercer. Otro estaba apuntado, por su propia voluntad, a clases de catalán y después de esto las ha dejado, como protesta. Es una lástima. Pinta fatal».

Carlos Rodríguez considera que Balears debería copiar lo que hizo Suecia hace unos años, cuando buscaba médicos en España. Asegura que se les ofrecía un puesto de trabajo, aunque no hablaran sueco, con el compromiso de que allí se lo enseñarían y de que ellos lo aprenderían.

El portavoz del Sindicato Médico destaca el malestar que ha generado la decisión del Ib-Salut de no exigir el catalán a los once médicos que optan a ocho interinidades en Urgencias. «Consideran un agravio comparativo que en algunos casos se exija el catalán y en otros no. Es un contrasentido. Lo que deben hacer es dar marcha atrás y rectificar», concluye.