Científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO), la Stazione Zoologica de Nápoles, la Universidad de Barcelona y el Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC), han obtenido la primera evidencia experimental sobre cómo el aumento de la temperatura del agua induce la floración de las praderas de Posidonia oceanica en el Mediterráneo, «un hecho que aporta cierto optimismo ante la situación de declive de esta especie», que podría tener, aseguran, una mayor capacidad de respuesta ante el calentamiento global de lo pensado hasta la fecha.

Tras explicar que la Posidonia oceanica es una planta marina que, al igual que sus ancestros terrestres, se desarrolla vegetativamente por clonación y se reproduce sexualmente mediante la producción de inflorescencias (grupos de flores) fácilmente observables en otoño, el IEO resalta que en esta especie mediterránea el crecimiento es muy lento y la floración es un fenómeno bastante irregular, lo que «representa una importante desventaja para resistir y adaptarse a los cambios del medio, en particular a los rápidos cambios impuestos por el cambio climático», especialmente intensos en las zonas costeras mediterráneas.

Este nuevo estudio, basado en un experimento con plantas de Posidonia oceanica cultivadas en laboratorio, ha sido recientemente publicado en la revista Marine Pollution Bulletin. Para realizar el experimento, los científicos recolectaron plantas de Posidonia oceanica de la costa catalana a seis metros de profundidad, que fueron trasladadas al sistema experimental desarrollado en los laboratorios del Centro Oceanográfico de Murcia del IEO.

Hasta la fecha, el mantenimiento de estas plantas en condiciones de laboratorio era extremadamente complicado, pero el desarrollo de este sistema ha permitido la realización de experimentos en unas condiciones muy próximas a las naturales y en escalas de tiempo adecuadas para observar este tipo de respuestas, según detalla el Instituto en comunicado de prensa.

Una vez aclimatadas, las plantas fueron expuestas durante seis semanas a un estrés térmico similar al que experimentan en el mar a consecuencia de las olas de calor, fenómeno cada vez más frecuente en el litoral mediterráneo a consecuencia del cambio climático global. Al final del experimento, los investigadores comprobaron que una considerable proporción de las plantas expuestas al calentamiento experimental habían florecido, al contrario que las plantas mantenidas a una temperatura normal, en las que no se desarrolló inflorescencia alguna.

Este resultado «sin precedentes» demuestra que la temperatura es un factor primario capaz de inducir la floración de esta planta marina, «lo que además confirma la relación entre las observaciones de floración de esta especie y la ocurrencia de olas de calor puesta en evidencia en estudios anteriores, pero solo de forma correlacional».

Además, se comprobó que ambas poblaciones experimentales (las calentadas y las no calentadas) tenían las mismas características genéticas, «de forma que no cabe la posibilidad de que un factor de tipo genético influyera en el resultado observado», poniendo en evidencia que la temperatura está implicada directamente en la activación del proceso de la floración en estas plantas marinas, según el IEO.

Algo de optimismo

Algo de optimismoLos resultados de este estudio aportan algo de optimismo en este sentido, ya que demuestran que esta especie es capaz de responder al calentamiento global «de forma más plástica, compleja y resiliente de la pensada inicialmente».

«En efecto, la relevancia de los resultados obtenidos en el trabajo es que, ante el estrés causado por el calentamiento del agua, esta especie es capaz también de modificar su comportamiento reproductivo, lo que podría conferirle una ventaja adaptativa en un futuro mundo submarino más cálido», explicó Juan Manuel Ruiz, investigador del IEO y primer autor del trabajo.