El pleno del Ayuntamiento de Sant Antoni adoptó ayer dos medidas destinadas a mejorar la calidad de vida de los residentes del municipio y reducir las molestias que provoca el turismo. Por una parte, se acordó el endurecimiento de las multas por ruido en el West End y, por otra, la supresión de los permisos especiales para alargar el horario de apertura, en ocasiones especiales como el día de cierre, a las discotecas del municipio. Ambas medidas fueron aprobadas de forma inicial, por lo que ahora inician una fase de alegaciones, terminada la cual, se aprobarán definitivamente. El PP se abstuvo en ambos puntos.

En el caso de los ruidos, el concejal Pablo Valdés informó de que la modificación de la ordenanza municipal reguladora de la contaminación sonora consistirá en adaptar su régimen sancionador a la futura declaración del West End como Zona de Protección Acústica. Será en un pleno posterior, probablemente dentro de un mes, cuando se establecerán los límites exactos de esa zona y el régimen concreto de actuación en ella.

En todo caso, el equipo de gobierno anticipó que las sanciones actualmente contempladas en la ordenanza serán elevadas y adaptadas a la nueva categoría sonora que tendrá el West, endureciéndolas de la forma que prevé la ley. «No es que sea nuestra voluntad, es que es nuestra obligación», señaló Valdés. También dijo que el ruido «es un problema y no la simple consecuencia de una actividad económica». El PP respondió con un «nada que decir» a esta medida, aunque en la votación se abstuvo.

En cuanto a los permisos especiales para alargar el horario de cierre de las discotecas de Sant Antoni en ocasiones especiales, este artículo quedó derogado ayer de forma inicial, a la espera del pleno que aprobará la decisión definitivamente, a principios del próximo año.

Valdés justificó la medidas «por razones de seguridad». El concejal no consideró aconsejable, apelando a su propia experiencia, que «miles de personas que han bebido y han consumido otras sustancias salgan al lado de una vía pública».

La existencia del artículo suprimido «no aporta ningún valor al modelo turístico del municipio», señaló el concejal.

El PP lamentó en primer lugar que esta decisión no fuera debatida ni con la oposición ni con el Comité Ciudadano que integra a otras entidades. El alcalde, Josep Tur, admitió esta omisión, pero la justificó por la «urgencia» de la medida y porque el citado comité no se ha reunido en los últimos meses.

La oposición recordó que estos permisos especiales fueron implantados en toda la isla desde el Consell durante el mandato de Xico Tarrés. Su supresión «va en perjuicio de las discotecas de Sant Antoni respecto a las de otros municipios», dijo el concejal del PP, a lo que Valdés replicó que, «en todo caso, serán los vecinos de Sant Antoni los que se verán beneficiados respecto a los de otros municipios». También dijo que «por tres o cuatro horas menos de discotecas no se afectará negativamente a la industria turística de Sant Antoni».