La gran cantidad de toallitas húmedas que se arrojan por los inodoros en la zona de Cala de Bou generan atascos tan graves en la estación de bombeo de Caló de s'Oli que acaba rebosando y vertiendo al mar las aguas fecales que no consigue enviar a la planta depuradora de Sant Antoni.

Además de excrementos, la estación escupe al mar miles de estas toallitas húmedas que quedan flotando a la deriva. Muchas acaban también en las rocas de esta zona de la costa del municipio de Sant Josep. Hace unos días se produjo uno de estos vertidos y, ayer por la mañana, una franja de entre 200 y 300 metros de costa apareció repleta de toallitas húmedas no biodegradables.

El concejal de Obras y Agua y primer teniente de alcalde del municipio de Sant Josep, Ángel Luis Guerrero, explicó ayer que este desastre no se produce con mucha frecuencia, pero sí de vez en cuando. «Parece mentira que algo tan pequeño como las toallitas húmedas, que no son biodegradables, causen este problema», señaló. A su juicio, la única solución definitiva sería que «la gente dejara de arrojarlas» por los retretes.

La estación de bombeo de Caló de s'Oli, que gestiona Abaqua, se encarga de enviar a la depuradora de Sant Antoni las aguas fecales y para ello cuenta con dos bombas. Cuando una de ellas se atora, falla el bombeo, el aliviadero rebosa y la porquería acaba en el mar y en las rocas de la costa. Según Guerrero, aunque la estación dispusiera de más bombas, tarde o temprano acabarían obstruyéndose y se generarían los vertidos.

«No deberían estar en la red»

«La bomba se para cuando detecta un atasco y, mientras se procede a desatascarla, es cuando pierde [y se produce el vertido]; el problema es que las toallitas no deberían estar en la red de saneamiento, y eso es algo que no tiene fácil solución», señaló el concejal.

Normalmente, los operarios de Abaqua se encargan de retirar las toallitas de las rocas pero en esta ocasión lo harán los trabajadores del servicio de limpieza de Sant Josep. Ayer por la tarde, dijo Guerrero, la zona ya estaba casi limpia y se espera que los operarios terminen el trabajo hoy.

Un vecino de la zona dijo que estos vertidos de toallitas húmedas se producen cada vez con mayor frecuencia y lo relacionó con los temporales, algo que Guerrero descarta.

Hace ya años que Aqualia advirtió de que las toallitas húmedas de un solo uso que los ciudadanos pitiusos arrojan al inodoro se han convertido en un grave problema para las redes de saneamiento de las islas.

Ya en el año 2012, la compañía aseguró que estos desechos son la causa principal de los problemas en las estaciones de bombeo de aguas residuales.

La empresa concesionaria del servicio de saneamiento ha advertido de que la acumulación de fibras y tejidos en las tuberías de saneamiento provoca averías debido a los atascos, bloqueos o roturas internas por calentamientos en los equipos de bombeo que deben impulsar el agua residual hacia la planta depuradora.

Las toallitas no se descomponen en contacto con el agua, como ocurre con la celulosa del papel higiénico, por lo que además contaminan el medio ambiente. Aqualia ha realizado llamamientos a los ciudadanos para que no tiren al váter estos residuos, ni tampoco compresas, gasas, preservativos o bastoncillos de los oídos.

La empresa pide un cambio de hábitos en los hogares que evitaría averías, atascos y vertidos tan graves como los que se producen a través del aliviadero de la estación de servicio de Caló de s'Oli. Además, tirar estas toallitas u otros residuos a la papelera supone un considerable ahorro de agua.