El equipo de gobierno de Sant Josep dio a conocer ayer los datos de sanciones impuestas en materia de ruidoshorarios de cierre y otras materias turísticas durante este verano, que demuestran que, por primera vez en la historia, el Ayuntamiento ha decidido hacer uso de los cierres cautelares que permite la ley para no tener que esperar a que finalice la tramitación del expediente sancionador.

En total, este verano se han impuesto un total de 43 de estas medidas cautelares, pero su alcance es bastante limitado: 18 de ellas fueron canceladas al comprobar la legalidad de las actividades sancionadas, otras no se referían a locales de ocio, sino a todo tipo de industrias, y además afectaron casi siempre a partes concretas de los establecimientos (terrazas o actividades específicas del local).

En los tres únicos casos en que se cerró un local completo (todos ellos en Platja d'en Bossa), la clausura se produjo exactamente el último día de la temporada, según admitió la concejala de Gobernación, Paquita Ribas, quien, además, no quiso proporcionar la identidad de estos establecimientos.

El total de sanciones impuestas definitivamente este año en el municipio es de 281.000 euros, incluyendo las aplicadas por las normativas sobre exceso de ruidos y sobre horarios de cierre, así como por la Ley de Actividades, que incluye tanto negocios de tipo turístico como de otra índole.

Esta cantidad corresponde a un total de 75 expedientes resueltos a lo largo de este año, sobre un total de 135 abiertos.

Las fiestas ilegales, impunes

Sin embargo, la actividad que constituye el principal quebradero de cabeza de los residentes de este municipio en verano (las fiestas en casas privadas) continuó impune un año más. Así lo demuestra el hecho de que los centenares de llamadas de quejas efectuadas por los vecinos este verano por fiestas en casas tuvieron como consecuencia la imposición de una única multa, cuya cuantía además dijo desconocer ayer la concejala.

Las sanciones por ruidos en todo tipo de edificios fueron ocho, que sumaron 40.000 euros, aunque el número de expedientes abiertos fue de 30 e irán resolviéndose en los próximos meses, señaló Ribas. Los tres locales cerrados en Platja d'en Bossa el último día de la temporada lo fueron precisamente por ruidos, y además eran reincidentes.

De hecho, Ribas afirmó que las multas por ruido irán aumentando «si hay reincidencia» y dijo que a partir de ahora, gracias a los expedientes abiertos, se podrá comprobar su reincidencia. Al recordarle que hay locales que lo son desde hace veinte años, la concejala explicó que «una cosa es que sean reincidentes y otra cosa es que lo sean técnicamente, porque para ello ha de haber un expediente en el Ayuntamiento, y no siempre lo hay».

Multa de 50.000 euros

En cuanto a la ordenanza que regula el horario de cierre, Ribas afirmó que este ya no es el principal tema de apertura de expedientes, pues sólo se iniciaron 15 y se resolvieron 10.

La multa más elevada impuesta correspondió a un local que había sido precintado por ruidos y cuyos dueños rompieron esas marcas. Por ello, se le ha impuesto una sanción de 50.000 euros.

La concejala de Gobernación destacó que la intención del Ayuntamiento no es sancionar, «sino que se cumplan las normativas vigentes».