Los dos años de trabajo que tiene por delante el Ayuntamiento de Vila para cumplir con el calendario del plan de mantenimiento y conservación de las murallas de Dalt Vila empezaron a contar desde ayer, cuando el alcalde, Rafa Ruiz presentó esta actuación junto a la presidenta de Fundatur, Carmen Matutes. Y es que esta entidad ha donado 800.000 euros a este proyecto, una de las mayores aportaciones privadas que ha recibido Vila en su historia y una parte muy importante del presupuesto, de 1,2 millones. El Consorcio Ibiza Patrimonio de la Humanidad aporta los 400.000 euros restantes.

Ruiz recordó que se trata de las murallas renacentistas «mejor conservadas del Mediterráneo», aunque admitió que no estaban en el estado «que debería ser». Por ello, el plan de actuaciones emprendido permitirá prevenir males mayores y atajar problemas como la proliferación de vegetación o los hongos que atacan la piedra.

El alcalde destacó que se trata de «la primera vez que se ejecuta un plan global en las murallas», tras las actuaciones puntuales que se habían acometido hasta ahora, según las directrices del Plan de Murallas. Los trabajos han empezado con la fumigación con herbicidas.

El redactor de este plan, el arquitecto Toni Marí, explicó que las raíces deterioran el mortero de la mampostería y permiten la infiltración de humedad en los muros. También se tratarán las pérdidas de color de la roca y se evaluará el estado de las partes de marés, material más delicado.

Murallas con buena salud

A pesar de patologías puntuales, Marí aseveró que el estado de las murallas «no es preocupante». El único punto de relativa alarma era el tramo que da al puerto, aunque la actuación de Costas para consolidar el barranco de Baix de sa Penya ha conjurado cualquier peligro.

Marí destacó la envergadura de los trabajos, que suponen «tratar 18.000 metros cuadrados de fachada». Incluso en los muros orientados al norte se pasará dos veces para eliminar malas hierbas, mientras que en los del margen sur, donde no proliferan tanto, se actuará solo una sola vez.

Los mismos trabajadores intervendrán para eliminar nuevas pintadas o reparar cualquier acto vandálico, pero también documentarán los grafitis históricos que hallen y todo su trabajo para futuras intervenciones.

El arquitecto resaltó que el plan de conservación evitará que se agraven las patologías del monumento, con lo que se ahorran las costosas actuaciones que haría falta acometer si se descuida su mantenimiento. Por ello considera que tras este plan se tendrá que seguir trabajando en el mantenimiento de las murallas, aunque con actuaciones puntuales que no requieran un presupuesto tan elevado.