Después de muchos años de espera y retraso, el inicio de las obras de la nueva depuradora de Ibiza, en los terrenos del antiguo campo de tiro de Sa Coma, es inminente. El Ministerio de Medio Ambiente informa de que en los últimos días se han iniciado las catas para prever la posible aparición de restos arqueológicos, tal como marca la declaración de impacto ambiental, y esta semana se contempla «la entrada de máquinas para desbrozar la parcela».

Los usuarios del circuito de motocross provisional se han visto forzados a abandonar las instalaciones ante el anuncio del próximo inicio de las obras, presupuestadas en 24,3 millones de euros (un 41% por debajo del presupuesto de licitación) y con casi dos años y medio de plazo de ejecución. La oferta a la baja de la UTE formada por Depuración y Tratamiento (Sadyt) y Sacyr Construcción S. A. fue la escogida para la construcción de la planta, que prevé prestar servicio a hasta 150.000 personas en verano.

Larga búsqueda de un terreno

La actual depuradora se construyó en tres fases, entre 1985 y 1997, y desde hace muchos años está obsoleta. En 2010 se aprobó la declaración de interés general de la nueva planta, pero mucho antes, en octubre de 2003, se inició la búsqueda de un terreno donde construirla, con la firma de un acuerdo de colaboración entre el Govern balear, el Consell y el Ayuntamiento de Ibiza.

Durante esa legislatura (2003-07), el entonces presidente del Consell Pere Palau, del PP, se enfrentó repetidamente con el que era alcalde de Vila, Xico Tarrés, del PSOE, sobre la ubicación de la nueva depuradora. Al final de ese mandato, el Govern y el Consell anunciaron, al margen del Ayuntamiento, la compra de un terreno de 80.000 metros cuadrados en sa Serra des Collet, cerca de Sa Coma, dentro de un Área Natural de Especial Interés (ANEI), a una altura de 125 metros. El coste fue de 781.315 euros.

Tras el cambio de gobierno en el Consell, en 2007, Ibiza pel Canvi, socio de gobierno del PSOE, se negó a construir la nueva planta en una zona protegida. En ese momento, Tarrés, presidente entonces del Consell, aprovechó la operación de compra de sa Coma (con los fondos pactados con el Estado en la reforma del Estatut) para reservar el antiguo campo de tiro para ubicar la planta, también a una altura de unos 100 metros, lo que también provocó, posteriormente, en esta legislatura, el rechazo en las filas de Podemos y Guanyem.

Nuevo bloqueo de las obras

Zanjada ya la controversia de la ubicación, pese a los reparos de Podemos y Guanyem, el Ministerio de Medio Ambiente inició en julio de 2015 la licitación de la redacción del proyecto y construcción de la depuradora, con un presupuesto de 41,2 millones. La adjudicación al Grupo Sacyr se retrasó durante meses (se formalizó en junio de 2016) debido a las dudas que provocó su oferta, muy a la baja. Entonces, se inició un plazo de cuatro meses para la redacción del proyecto. Sin embargo, el inicio de las obras quedó bloqueado porque el coste del proyecto diseñado por Sacyr superaba al de la oferta que hizo la constructora en la licitación y que le sirvió para ganar el concurso.