El último congreso de SEO/Birdlife ha sido el congreso de las aves comunes, dedicado a poco más de un centenar de las especies más conocidas, populares y familiares, las más cercanas, y cuyas poblaciones, aunque en algunos casos pueda parecer increíble, también están sufriendo los efectos del cambio climático y la contaminación. Y una de ellas, el ave más extendida del planeta, es el gorrión, que, a pesar de su omnipresencia, está desapareciendo de ciudades y pueblos sin que los expertos comprendan bien las causas, aunque parece ser que están relacionadas con el exceso de contaminación atmosférica, el uso de pesticidas y la escasez de alimentos.

En Londres o Pekín, los gorriones están desapareciendo de sus calles a un ritmo evidente; en muchos lugares del mundo las poblaciones podrían estar en declive sin que aún se haya prestado atención al fenómeno. Según los datos de SEO/BirdLife, en territorio español la población de gorriones comunes ha caído un 15 por ciento en los últimos 18 años. Veinticinco millones de gorriones menos.Aquí se mantienen

Aquí se mantienenEn las Pitiusas, el fenómeno no se ha constatado pero hay que saber que en estas islas pueden verse tres especies distintas de gorrión. La más abundante es el gorrión común (Passer domesticus), el denominado teulat, la especie concreta que está desapareciendo en todo el planeta y la única de las tres que comparte hábitat con el ser humano. La segunda especie, según explica el ornitólogo Oliver Martínez, es el teulat lliri (gorrión chillón en castellano y Petronia petronia en su nomenclatura binominal), frecuente en los acantilados de Formentera y menos habitual en los de Ibiza.

Y el tercer gorrión es el teulat galtanegra (gorrión molinero o Passer montanus), mucho más escaso, citado solo en Ibiza y conocido también como pardal xarrec. Esta última especie nidifica en los huecos de los muros de pedra seca.

Estas tres especies no comparten hábitat, y solo la primera de ellas, el gorrión común convive con los seres humanos, de tal forma que incluso depende de sus actividades y se resiente si desaparecen zonas verdes o se talan los árboles de una plaza para que los bares puedan instalar más mesas y sillas. A este pequeño paseriforme apenas le prestamos atención porque estamos acostumbrados a que esté cerca, incluso tan cerca como para posarse en nuestras mesas para pedir comida. La pregunta es cuántos deberán desaparecer de una isla, de una ciudad o de un pueblo, para que sus habitantes se percaten de que empiezan a escasear. Y de que tal vez ello es un síntoma de que algo va mal en el ecosistema urbano. SEO/Birdlife dispone de un sistema de recopilación de datos para que los ciudadanos observadores puedan informar sobre las poblaciones de diferentes aves. A través de www.seguimientodeaves.org se anotan las observaciones para que los técnicos de la organización puedan analizarla y conocer mejor, por ejemplo, la evolución de la misteriosa desaparición del gorrión común.