La isla de Ibiza cuenta actualmente con tres depuradoras que realizan un tratamiento terciario de las aguas fecales que reciben y, por ello, este caudal regenerado es apto para el riego de prácticamente cualquier cultivo y para la recarga de acuíferos. Sin embargo, estas tres estaciones (Platja d'en Bossa, Sant Antoni y Cala Tarida) siguen desaprovechando totalmente este potencial y arrojan al mar, a través de sus emisarios, el agua depurada que generan.

Según pone de manifiesto la memoria del Plan Hidrológico de Balears (PHB) que permanece a exposición pública actualmente, ninguna cantidad de los 7.065.690 metros cúbicos de agua depurada que sería reutilizable a lo largo del año en Ibiza acaba siendo aprovechada para nada, puesto que van directamente al emisario. La única excepción sería la depuradora de Santa Eulària (de tratamiento secundario), cuyas aguas regeneradas irían en parte a la balsa de sa Rota, pensada para riego agrícola. Sin embargo, la fuerte salinidad que continúan teniendo esas aguas depuradas las hace inviables para tal cometido.

La depuradora de Platja d'en Bossa genera 1.515.146 metros cúbicos de agua depurada de máxima calidad, que íntegramente van a parar al mar a través de emisario, según el citado PHB. Lo mismo sucede con la depuradora de Sant Antoni, también terciaria, cuyos 2.820.661 metros cúbicos de volumen tratado al cabo del año van al mar.

En idéntica situación se encuentra la otra depuradora de máxima calidad que hay en la isla: la de Cala Tarida, recientemente inaugurada. De momento, todo su caudal regenerado va a parar a las aguas del Mar Mediterráneo.

En realidad, de todas las depuradoras que hay en Ibiza sólo una (la de Cala Llonga) se utiliza para riego, pero se trata de una estación secundaria, es de muy pequeño tamaño y, además, sirve para regar el campo de golf de Roca Llisa, única superficie conocida en la isla que se riega con agua depurada en la actualidad.

Únicamente constan dos casos en que las aguas regeneradas se emplean para inyectarlas en pozos y recuperar así los acuíferos: la de sa Cala de Sant Vicent y la del Port de Sant Miquel, ambas de tratamiento secundario y, por tanto, incompleto. Otras muchas estaciones echan sus aguas depuradas a torrentes.

En Formentera sucede aproximadamente lo mismo. Allí no hay ninguna depuradora de nivel terciario, pero la más importante de las secundarias existentes tiene prevista su reutilización en gran parte, también para ir a la balsa de riego agrícola construida hace años al lado de s'Estany Pudent. Dicha balsa, sin embargo, sigue sin entrar en servicio.

Las Pitiusas, según el PHB, son las islas de Balears que menos reaprovechan su agua depurada. Los exiguos 0,58 hectómetros cúbicos al año que van a parar al campo de golf de Roca Llisa contrastan con los 1,22 de Menorca o los 32,4 de Mallorca.