Algo está cambiando. El mensaje que se lanza desde empresarios y políticos de cara a la temporada de 2018 no es tan optimista como el de los años precedentes, cuando en las ferias de Londres, Madrid y Berlín era habitual escuchar previsiones de crecimientos estratosféricos, «de dos dígitos» o que hacían imaginar una isla absolutamente saturada.

Las previsiones que se dieron en la primera jornada de la World Travel Market (WTM) tienden a advertir de que no hay que esperar subidas: ni espectaculares ni moderadas. Como mucho, se mantendrá lo que hay. Si es que se logra, porque uno de los principales turoperadores alertó ayer, en una reunión privada mantenida con hoteleros pitiusos, de que «las reservas no van tan bien» como esperaban. Es más, «han bajado un 20%» en destinos como Ibiza.

Según detalló una hotelera presente en la reunión con ese turoperador, se están ralentizando las ventas como consecuencia del temor del consumidor británico, «ahora más conservador», a las consecuencias del Brexit y, especialmente, a que prosiga la devaluación de la libra: el cambio estaba ayer a 1,15 euros, aproximadamente un 10% menos que hace un año, avisaba una empresaria ibicenca, que señaló que la duplicación de la ecotasa «no ayuda» en ese sentido.

Vicent Torres, Benet, director ibicenco de Turismo, no estaba ayer tan animado como en otras ocasiones: «Todo apunta a que el año que viene irá en la misma línea del actual. En reuniones previas con el sector de agencias del mercado británico me han dicho que, de momento, se mantiene la misma línea de la pasada temporada. Las perspectivas son las mismas». ¿Eso significa que no habrá crecimiento? «No habrá crecimiento», admitió Torres. Pese a la competencia feroz de algunos destinos como Croacia, Grecia, Túnez y Egipto, Torres considera que «será una temporada, en lo que respecta al mercado británico, muy similar a la de 2016».

«Los agentes británicos -añadió- ya empezaron a vender en mayo de cara a 2018. Hubo una avalancha muy grande al principio, pero ahora sigue como el año pasado». Por ejemplo, no se esperan grandes novedades en las programaciones aéreas, que «se mantienen para el verano».

Que vengan igual número o menos de británicos no parece preocupar al director de Turismo: «Tenemos que dejar hueco a los otros mercados. Estamos muy presentes en Holanda y Escandinavia, que trabajan muy bien en temporada baja». Además, la apuesta del Consell es «por el crecimiento en calidad, no tanto en cantidad de pasajeros. Se ha de buscar un turismo sostenible para un territorio limitado». De calidad «no significa de lujo, sino que sea respetuoso y que busque actividades alternativas», subraya. Puso como ejemplo algo que le llamó la atención en la feria de Frankfurt, celebrada la pasada semana: «El turoperador Thomas Cook presentó un folleto exclusivo de turismo wellness. Están cambiando mucho los hábitos».

Respecto a la ecotasa -cuyo precio se doblará en 2018- y cómo puede influir en la llegada de viajeros, indicó que «los alemanes no dijeron nada al respecto en Frankfurt y los británicos, de momento, no se han pronunciado».

Alejandra Ferrer, consellera de Turismo de Formentera, también advirtió de que «no habrá crecimientos de reservas en 2018. Como mucho, habrá algo de aumento en los meses de mayo y octubre, entre el 3% y el 5%».

Ni la presidenta del Govern, Francina Armengol, ni el conseller balear de Turismo, Gabriel Barceló, creen que duplicar la ecotasa afecte negativamente.