La construcción de la nueva depuradora de Vila, en las antiguas instalaciones militares de Sa Coma, se ha desbloqueado después de más de dos años de espera desde la licitación de la redacción y ejecución del proyecto. Fuentes del Ministerio de Medio Ambiente han confirmado a este diario que la aprobación técnica del proyecto constructivo de la infraestructura se llevó a cabo en septiembre y un mes después, en octubre, se dio el visto bueno al plan de seguridad de las obras.

Ahora todo está a punto para la firma del acta de replanteo que marca el inicio de las obras y que, según las fuentes consultadas, está previsto que se lleve a cabo este mismo mes. La fecha de finalización de las obras se sitúa a finales de 2021.

Con la aprobación técnica del proyecto se han solventado los problemas que han provocado esta nueva parálisis en la ejecución de este proyecto, que fue declarado de interés general a finales de 2009 y que ya estaba prevista en el Plan Hidrológico de Balears de mayo de 2002.

La unión temporal de empresas formada por Depuración y Tratamiento (Sadyt) y Sacyr Construcción S. A. logró la adjudicación de estas obras, en junio de 2016, con una oferta de 24,3 millones de euros, lo que supone una rebaja del 41% con respecto al presupuesto de licitación (41,2 millones). Hay que tener en cuenta que el proceso de licitación se había iniciado un año antes, en julio de 2015. Este proceso se alargó de forma inusual precisamente por la oferta a la baja del Grupo Sacyr. El plazo de ejecución era de cuatro meses para la redacción del proyecto y de 29 para la posterior construcción de la planta.

Sin embargo, el coste del proyecto de construcción que presentó la adjudicataria al Ministerio, según explicó en su día el gerente de la Agencia Balear del Agua (Abaqua), Antoni Garcias, superaba al de la oferta que presentó en la licitación, lo que provocó que quedara bloqueado. Hubo incluso, en su momento, «un riesgo muy serio» de que el Ministerio optara por «rescindir el contrato» con la UTE adjudicataria. Finalmente, se recondujo la situación y el Estado dio el visto bueno al proyecto en septiembre.

La depuradora tendrá capacidad para dar servicio a una población de 90.000 habitantes, aunque podrá atender la demanda de hasta 150.000 personas en verano. Además de la construcción de la planta, el proyecto contempla la instalación de los colectores para impulsar las aguas fecales desde la actual depuradora, que actuará como una bomba de impulsión, hasta las nuevas instalaciones en el antiguo campo de tiro de Sa Coma. Para ello, se tendrá que salvar un desnivel de unos 100 metros.