La plaga del picudo rojo sigue arrasando palmeras de la isla, aunque en los últimos años ha habido un ligero retroceso. En una década, desde el año 2007, cuando se detectó por primera vez este coleóptero en Ibiza, en concreto en el exterior del aeropuerto, se han arrancado 6.091 palmeras y se han llevado a cabo trabajos de saneamiento en otras 1.732, por lo que la invasión de este insecto ha afectado a un total de 7.823 palmáceas, según el departamento de Agricultura del Consell.

Hasta septiembre de este año el ataque del picudo rojo ha forzado la eliminación de 342 palmeras (12 saneamientos), poco más de la mitad que el balance de todo 2016, cuando se destruyeron 650 árboles. Los peores años fueron 2013 y 2014, cuando se aniquilaron 1.436 y 1.595 palmáceas, respectivamente. Desde entonces, se ha producido un retroceso, con el arranque de 954 en 2015 y 650 en 2016. Asimismo, durante este año se han llevado a cabo 67 controles sobre palmeras que se han introducido en la isla, con la revisión de 1.329 ejemplares.

La plaga se ha extendido por toda la isla, llevándose por delante palmeras históricas por su longevidad, como «las dos centenarias que hacían de centinela en el portal de la iglesia de Sant Jordi», según advertía el concejal de Guanyem en Sant Josep Pere Ribas en el último pleno municipal. Ribas lamentó que ya hayan desaparecido las palmeras de esta zona.

También ha caído la palmera del baluarte de Sant Bernat frente a la Torre del Homenaje en Dalt Vila. De momento, se ha eliminado la parte infectada y en los próximos días se retirará el tronco. El listado es extenso. «Al ritmo que vamos, nos vamos a quedar sin palmeras», resaltó Ribas en el pleno de Sant Josep, al tiempo que recordó que el inventario de palmáceas en la isla es de 76.374 unidades.

Cifras de capturas

El número de coleópteros capturados desde julio de 2016 hasta septiembre de este año, con la red de trampas perimetrales de los cascos urbanos (225 en total, a razón de 45 por municipio), ha sido de 38.196. En el municipio de Sant Josep, con 9.192 capturas, se ha registrado la mayor incidencia, por delante de Sant Joan, con 8.551; Santa Eulària, con 8.452; Sant Antoni, con 6.315, y Vila, con 5.686.

En septiembre del año pasado se capturaron 4.620 insectos de este tipo en toda la isla, cuando en el mismo mes de este año la cifra se sitúa por debajo (3.187). Lo mismo pasa con los datos de julio y agosto de 2016 (4.417 y 4.210) que, en un año, se han reducido a la mitad (1.891 y 2.125, respectivamente).

En otras redes de trampeo perimetrales (74 en Santa Eulària, 39 en Sant Josep y 22 en Sant Antoni), el número de capturas de este año, hasta octubre, alcanza las 10.605, 165 más que en el mismo periodo de 2016, que se cerró con un total de 12.610, el máximo registrado. En 2010, se capturaron sólo 237; 570 en 2011 y 847 en 2012. Al año siguiente, en 2013, se produjo un salto con un total de 4.516 capturas; 5.838 en 2014 y 8.038 en 2015. En total, en el periodo de 2010 a 2017 se han atrapado 43.261 coleópteros en estas trampas. Este año se han 'cazado' 6.604 insectos en Santa Eulària, 2.789 en Sant Josep y 1.212 en Sant Antoni.

Hace unos años, el Consell ya avisó de que esta plaga había 'aterrizado' en la isla para quedarse. El picudo rojo arrasa con la palmera canaria, la más vulnerable, pero una muestra del avance de la plaga en la isla es que también afecta a la especie datilera e incluso a la washingtonia, que, según explicó Ribas, no era vulnerable porque tiene mecanismos propios de defensa contra esta amenaza.