Octubre también es tiempo de mariposas. Con la entrada del otoño, pueden verse de nuevo revoloteando por los campos pitiusos al menos seis especies de las más habituales mariposas diurnas (ropalóceros) de Balears. Y una de ellas es la papallona reina (almirante rojo o mariposa de la reina en castellano), que, muy aficionada a la fruta madura, aprovecha las últimas infrutescencias de la higueras de las islas y cuya población aumenta ahora considerablemente con la llegada de los individuos que migran desde el norte de Europa hasta el Mediterráneo.

Estas mariposas recorren ahora miles de kilómetros, desafiando viento y lluvia, en un viaje que dura varias semanas, para reproducirse en el sur. Una odisea que cada nueva generación repite, aunque cada una de ellas realiza el recorrido a la inversa; cada primavera, el almirante rojo coloniza el centro y norte europeo y, en otoño, una nueva generación vuela hacia el sur para establecerse en tierras más cálidas todo el invierno. Y pueden realizar estos viajes, a menudo de más de cuatro mil kilómetros, porque disponen, al igual que aves migratorias y tortugas marinas, de una brújula magnética interna. Al menos eso apuntan los estudios que se han llevado a cabo en los últimos años (con migradoras como la mariposa monarca) para explicar que estos pequeños seres que parecen tan frágiles resulten ser navegantes capaces de orientarse incluso en días nublados.

Nuevas generaciones

Nuevas generacionesLas mariposas recién llegadas se suman a la población residente y aquí se reproducen, para que las nuevas generaciones de primavera realicen entonces su propia migración hacia el norte. Algunas de ellas, explica el biólogo Guillem X. Pons, profesor del departamento de Ciencias de la Tierra de la UIB y experto en invertebrados, se quedarán en el Mediterráneo. Y, mientras tanto, y antes de que llegue el frío, las mariposas pondrán millones de huevos en las ortigas de los campos mediterráneos, donde sus orugas (que se alimentan de esta planta) crecerán lentamente para transformarse en adultas en marzo y abril y emprender el vuelo hacia tierras lejanas, para recolonizar el norte de Europa. Al menos lo harán aquellas que decidan migrar.

El grupo de investigación ´migración y ecología de los insectos´ de la Universidad de Berna, Suiza, recoge datos de las migraciones de esta mariposa a lo largo de todo el continente y lo hace con la ayuda de la ciencia ciudadana y usando los datos que los colaboradores anotan en más de 40 portales destinados a recoger este tipo de información que existen en Europa. En insectmigration.wordpress.com puede conocerse este proyecto y otros que lleva a cabo el mismo grupo con diferentes especies de insectos (insect migration & ecology lab en Facebook y @insectmigration en Twitter).

La papallona reina, un lepidóptero ninfálido, está ampliamente distribuida en todos los países europeos y también en el norte de África y en algunos puntos de Asia, Norteamérica y Nueva Zelanda. Y está presente en todas las islas del archipiélago balear, incluida Cabrera, al igual que otro gran ninfálido, estructuralmente muy similar a la primera, aún más abundante y que también lleva a cabo grandes migraciones: Cynthia (Vanessa) cardui, la papallona dels cards, cuyas poblaciones baleares aumentan en mayo con la llegada de ejemplares que, en su travesía desde el norte de África hasta el norte de Europa, realizan parada técnica en las islas.