El 57,7% de los trabajadores ibicencos englobados en el régimen general de la Seguridad Social tenían un contrato indefinido al acabar el mes de septiembre, mientras que un 42,3% eran temporales. Se trata del peor porcentaje de fijos de la última década, que en 2011 alcanzó su particular techo con el 67,1% de total. Desde entonces, los indefinidos han perdido peso en el balance global, nada menos que casi 10 puntos porcentuales. Así, al acabar el tercer trimestre del presente año, de los 58.911 afiliados del régimen general, 34.005 eran fijos, mientras que 24.735 eran temporales.

En Formentera, por el contrario, el porcentaje de empleos indefinidos aumenta poco a poco, año a año, desde hace un lustro: si en 2012 suponían el 54,5% de los ocupados del régimen general, el último día de septiembre alcanzaron el 62,2% de total. De sus 4.226 cotizantes del régimen general de la Seguridad Social, 2.629 eran indefinidos y 1.587 temporales. En ambos casos son los peores datos de Balears, pues los fijos representan el 65,1% de los trabajadores de Mallorca y el 67% de los menorquines.

Los que ganan terreno, en número y porcentaje, son los fijos-discontinuos, que en Eivissa suponían el 49% (16.636 cotizantes) del total de indefinidos de septiembre; se registraron, además, un 44% de indefinidos a tiempo completo (15.036) y un 7% de indefinidos a tiempo parcial (2.333). En este caso, desde hace una década la balanza se inclina, lenta pero inexorablemente, a favor de los fijos-discontinuos: eran el 36% en 2009, año en que los indefinidos dominaban el panorama laboral de los fijos con un 56,3%. Desde septiembre de 2015, ya había más fijos discontinuos.

En Formentera también se ha producido un incremento de los fijos-discontinuos, aunque en esa isla siempre fueron mayoría: en 2009 eran el 57% del total, y los indefinidos a tiempo completo, el 37,7%; actualmente, los fijos discontinuos son el 68,6%, por un 27% de los indefinidos a tiempo completo.

Desde hace décadas se advierte de la necesidad de que la economía rompa su exclusiva dependencia del monocultivo turístico, pero ni caso, según se infiere de los datos laborales. De los 74.834 cotizantes a la Seguridad Social que había en septiembre (en este caso de todos los regímenes, no solo del general), el 48,2% (36.089) pertenecía al sector turístico puro y duro, mientras el 39% era del resto del sector servicios. Queda un 12,7% (9.494 trabajadores) correspondiente al resto de la economía. Basta con echar un vistazo a lo que ocurría hace una década para comprender que se ha evolucionado hacia un sistema en el que apenas hay vida más allá de los servicios. En el país de los camareros y los botones, Eivissa es líder indiscutible: el sector servicios (turismo más los demás servicios) representaba en 2009 el 83,2% del total de la economía; en la actualidad ya supone el 87,2%, lo cual es muy preocupante debido a los vaivenes que sufre periódicamente el turismo.

Ibiza, con un 42%, y Formentera, con un 37,5%, tienen las tasas de temporalidad más altas de Balears. En Mallorca es del 34,1%, mientras que en Menorca es del 32,1%.