La recuperación económica ha aliviado la situación que numerosas familias pitiusas padecieron durante la crisis, pero no la de todas. Alrededor de 29.500 ibicencos y formenterenses se hallan aún al borde la de la pobreza y de la exclusión social, según advierte el estudio 'Estado de la pobreza en Balears' en el año 2016, dado a conocer ayer por European Anti Poverty Network. El informe -cuya estadística es extrapolable a estas islas, según Gustavo Gómez, portavoz de Cáritas- establece que el 19,1% de la población de este archipiélago vive al límite de la miseria.

Eso sí, la mejoría económica y laboral ha permitido reducir, en solo un año, un 7,2 % la población pitiusa que apenas tenía recursos para vivir. Aunque en el propio estudio se califica de escasa esa caída y se afirma que «el fuerte incremento del producto interior bruto (PIB) balear no se ha visto correspondido con un descenso sustancial de los niveles de pobreza», los números demuestran que el recorte no ha sido tan leve: en 2016 se registraron casi 11.000 ibicencos y formenterenses menos al borde de la pobreza que en el año 2015.

El riesgo de exclusión social sigue afectando «en mayor medida» a la población femenina, de la que un 20,3 % vive en condiciones precarias, por un 18 % de la masculina. Así, en las Pitiusas hay 14.207 hombres en riesgo de pobreza, por 15.276 mujeres. Ellas son, pues, un millar más, pese a que en estas islas hay muchos más varones (unos 3.700 más). Afecta de forma desigual según el sexo porque las mujeres continúan teniendo «trabajos de menor remuneración o poco reconocidos, como las labores domésticas o el cuidado de familiares».

Muchas, además, «cuentan con trabajos a jornada parcial y, por tanto, tienen menores ingresos y más dificultades en el desarrollo de su carrera profesional». Esto comporta, según se subraya en el estudio, que en el futuro «cobren unas pensiones más bajas, si es que han cotizado».

Pero una cosa es estar en riesgo de exclusión social y otra padecer un nivel de pobreza severa. En ese estado hay casi 7.000 pitiusos, que «sobreviven» con menos de 342 euros mensuales. Se trata del 4,5% de la población, muchos de los cuales se alojan en viviendas abandonadas o duermen bajo soportales, como se puede comprobar paseando por Ibiza cualquier madrugada.

El informe indica que el 3,7 % de la población del archipiélago -es decir, 5.700 ibicencos y formenterenses- padece privación material severa. De esa cifra, casi 4.000, el 70%, son mujeres. La privación material severa «es una de las situaciones más graves en la escala de la vulnerabilidad, ante la imposibilidad de acceder a bienes considerados básicos en la sociedad». Basta con no poder disponer de cuatro o más conceptos de consumo básicos para ser incluido en esa lista. Por ejemplo, el retraso en el pago de los gastos de la vivienda, no poder mantener la temperatura adecuada del hogar durante el invierno, o no poderse permitir un plato de carne, pollo o pescado cada dos días.