«La temporada ha sido espectacular», comentaba ayer César Jerez, fundador y presidente de la Asociación de Concesionarios de Playas de la Pimeef. «No como para hablar de récords, pero pudimos empezarla en mayo, mes que, normalmente, tiene un día soleado y dos nublados», explicaba. «Y ahora mismo seguimos abiertos. Son seis meses en los que apenas hemos tenido días lluviosos. La zona norte está trabajando más ahora por el tema de las puestas de sol, pero casi todos seguimos abiertos», añadía.

«Para el año que viene, espero que los ayuntamientos hayan aprendido de la última subasta que se celebró para otorgar las concesiones el año pasado, cuando hizo su aparición en el mundo de las concesiones 'El Canario'». Mahy Marrero Sosa, apodado 'El Canario', es un empresario de Canarias que ha sido condenado a ocho años de prisión y una multa de 21,5 millones de euros por narcotráfico. «Está condenado por tráfico de estupefacientes y ahora mismo está en prisión. Pero llegó a Sant Josep con su maletín para reventar la subasta de las concesiones», relataba un indignado César Jerez. «Puso encima de la mesa más del 100% del valor de algunas concesiones de la isla y después lo detuvieron. Una vergüenza. Hay que impedir que esto vuelva a pasar. Aunque igual le sueltan para que pueda venir a la subasta del año que viene si el Ayuntamiento de Sant Josep no hace nada», añadía, con ironía.

Hamacas a 100 euros

Aunque el balance es muy bueno, según Jerez, planea sobre los concesionarios más «humildes», la sombra de la crisis. «La problemática que veo a medio y largo plazo para los concesionarios humildes es el de este nuevo turismo de mayor poder adquisitivo. Ellos buscan y exigen unos niveles que nosotros ahora mismo no tenemos. Es posible que entremos en crisis», aseguraba Jerez. «Deberemos convertir toda Ibiza en un beach club. En un enorme Bora Bora. Todas las playas tendrán camas balinesas y djs con música a todo trapo, de esta que molesta, y los que quieran pagar seis euros por una hamaca como cobramos ahora, deberán poner la toalla en la playa. Yo estoy a favor del turismo de familia, que venían con los abuelos, los hermanos, los hijos y los sobrinos y todos cogían hamaca», explicaba César Jerez. «Esos no pueden permitirse pagar 50 e incluso 100 euros, como me han llegado a contar algunos clientes que les han cobrado, por una hamaca un día de playa».

Ante la duda de si algunos concesionarios colocan más hamacas de las permitidas o aumentan ilegalmente los metros cuadrados que se les han concedido, Jerez niega que esto pase. «La sanción es muy alta y no sale a cuenta poner diez hamacas más cuando te van a cascar una buena multa. Se respeta absolutamente los metros cuadrados que incluye cada concesión. Todo este tema está muy controlado por los celadores, que revisan las playas», explicaba Jerez. «Pero igual que hay un control sobre esto, debería de haberlo sobre la gente que se mete dentro de una concesión con su toalla», añadía. Los metros cuadrados que se conceden para colocar las hamacas no son los mismos en todas las playas y varían según los metros cuadrados de la propia playa y su extensión, entre otras cosas. Según Jerez, «debe existir un espacio libre en las playas para que se puedan poner las toallas». Pero en alguna ocasión, «los bañistas no respetan las zonas privadas de la zona de hamacas y la invaden», así lo asegura Jerez. El número de hamacas varía según la concesión, como el precio que se paga por ella. «Me parece mal que una persona que ha pagado por tener la zona que tiene, tenga que aguantar que se tumben justamente ahí. Debería de haber una ley que lo regule, igual que la hay para nosotros». En muchas ocasiones hay una cinta física que delimita ese espacio privado. «Es tan sencillo como que esa zona sea únicamente para el que está pagando por el servicio y la que queda fuera para el resto de la gente que acuda a la playa». No quiere posicionarse en este conflicto entre propietarios y bañistas. «No estoy de parte de nadie, pero lo que está bien, está bien, y lo que no, no. Por ambas partes», concluía Jerez.