El grupo del PP en el Consell de Ibiza sostiene que la decisión del equipo de gobierno de recuperar el contrato inicial de la concesión del vertedero de Ca na Putxa y volver al proceso de biometanización para convertir en energía eléctrica la materia orgánica, en vez del compostaje, es «una cuestión técnica» y, por tanto, la apoyará siempre y cuando los informes jurídicos y técnicos así lo avalen. También reclamará que la institución defienda «el interés general» y no se pierda la rebaja de costes que se logró con la modificación del contrato.

Así, la consellera del PP Pepa Costa expresa su «preocupación» por las posibles consecuencias económicas de la decisión, que se elevará al pleno este mes. Se refiere a que con el cambio de la biometanización al compostaje, acordado inicialmente en Consell Executiu por el gobierno del PP de Pere Palau, en mayo de 2007, se logró una rebaja en el canon del vertedero y, con ello, de las tasas que «pagan todos los ciudadanos de la isla». Ahora, en cambio, se desconoce «la diferencia económica» que supondrá volver a la biometanización, apunta Costa, que asegura que el conseller insular de Medio Ambiente, Miquel Vericad, le ha dicho que aún no se ha cuantificado la diferencia.

Vericad ya ha avanzado que la puesta en marcha de la planta de triaje (al introducir el proceso de recuperación de residuos no reciclados en origen, ahora inexistente) supondrá un incremento de las tasas que abonan los ayuntamientos. A ello, la consellera del PP agrega que, con el cambio de la biometanización al compostaje, ya se logró una rebaja del canon que ahora queda en el aire.

De hecho, en mayo de 2007, el entonces conseller insular de Medio Ambiente, Pep Mayans, justificó la decisión de modificar el contrato para cambiar el método de tratamiento de la materia orgánica, entre otras razones, porque supondría un ahorro de entre dos y tres millones de euros al año.

Por otra parte, en contra del criterio del actual conseller de Medio Ambiente, Pepa Costa considera que, con la vuelta al contrato inicial, «se retrasará» la construcción de la planta de triaje. «No tenemos ni el proyecto [de la biometanización] y el tiempo se echa encima», advierte, en referencia a que, a partir de 2020, la Unión Europea obligará a que se recupere al menos la mitad de los residuos que se lanzan al cubo de la basura, lo cual es inasumible sin la planta de triaje.

Por una cuestión de «prudencia» el conseller de Medio Ambiente prefiere no concretar el calendario que maneja la institución para que la ejecución de la planta de biometanización y la de triaje estén operativas de cara a 2020. Está previsto que este mismo mes se apruebe en pleno el encargo para que la concesionaria (UTE Giref) redacte, en un plazo de dos meses, el proyecto de la biometanización (el redactado en 2007 ha quedado obsoleto, según el conseller). Después se iniciará la tramitación ambiental ante la Comunitat Autònoma, aunque Vericad espera que sea «ágil» ya que el propio Govern balear tiene «interés» en desbloquear esta situación que acumula muchos años de retraso.

30 millones «inasumibles»

El Consell Consultiu declaró nula la modificación del contrato inicial de la concesión (el compostaje por la biometanización), lo que ha obligado al Consell a dar marcha atrás a todo el proceso. El equipo de gobierno se ha planteado incluso la posibilidad de resolver el contrato y sacar la concesión de nuevo a licitación, pero el coste de la operación, de 30 millones de euros (por el lucro cesante y las inversiones de la UTE Giref en Ca na Putxa), resulta «inasumible» para la institución.