Si hay en las islas un cangrejo que parezca preparado para una batalla, ese es el cangrejo de roca Eriphia verrucosa, un animal de aspecto robusto que puede medir alrededor de diez centímetros, casi tan ancho como largo, y con dos grandes pinzas asimétricas y amenazadoras que están repletas de las rugosidades que justifican el nombre de la especie. Este cangrejo es, además, el crustáceo más agresivo del litoral, un animal que vive entre agua y tierra y que no duda en morder a cualquier incauto que se acerque demasiado a sus pinzas; ningún isleño que haya pasado su infancia en las cercanías del mar olvida cómo es que uno de estos cangrejos te hiera el dedo de un pie.

Aunque en castellano es conocido como cangrejo moruno o moro, los mallorquines y menorquines lo conocen como cranc pelut y en las Pitiüses es una cranca peluda. Y es un nombre popular que a menudo los ibicencos han usado para referirse a una persona, preferiblemente mujer, desagradable, agresiva o poco agraciada, y que responde a la circunstancia de que, además de disponer de negras protuberancias como pinchos, sus patas y buena parte del abdomen están cubiertos de vistosos pelos (cerdas) que parecen espinas.

Este animal parece estar acorazado; blindado y artillado. Es un crustáceo inconfundible, tanto por su corpulencia como por sus protuberencias y sus tonos marrones, rojizos y amarillos, y es muy común en las costas de Ibiza y Formentera. En las horas en las que hace menos calor, primeras horas de la mañana o con preferencia al caer el sol, estos crustáceos decápodos salen a la superficie y pueden verse corriendo sobre las rocas y refugiándose en sus fisuras.

Durante el resto del día prefieren algo más de profundidad, aunque habita aguas someras y no vive en fondos de más de quince metros; preferiblemente se encuentra en el primer medio metro de agua. Comparte hábitat infralitoral con otros dos cangrejos, el abundante cangrejo zapatero (Pachygrapsus marmoratus), que prefiere la superficie, las rocas bañadas por el agua, y el invasor cangrejo plano Percnon gibbesi, que es raro fuera del agua y suele escoger vivir entre medio metro y tres metros de profundidad.

Los cangrejos morunos son depredadores nocturnos muy activos y voraces y se han revelado como un efectivo control biológico contra la invasión de una caracola asiática llamada Rapana venosa, que, a pesar de no haber sido detectada en Balears, sí se ha localizado ya en numerosos puntos del Mediterráneo oriental. Antaño, estos cangrejos tan agresivos eran muy numerosos en las costas de todo el archipiélago, pero la contaminación unida a la masificación, el urbanismo del litoral y la eutrofización han hecho que sea menos frecuente, a pesar de no ser rara su presencia y de que no existen estudios que avalen este descenso de las poblaciones que resulta evidente con la observación del paso de los años.

La especie Eriphia verrucosa fue identificada en el año 1775 y se tiene constancia, por registros fosiles, que ya existía en el archipiélago balear en el Pleistoceno superior. Actualmente, su área de distribución se extiende por todo el Mediterráneo, el Mar Negro y el Atlántico oriental (desde el Golfo de Vizcaya hasta Mauritania).