El Consell de Ibiza ha decidido que se ejecute el contrato inicial suscrito con la concesionaria de la explotación del vertedero de Ca na Putxa (UTE Giref), y cambiar la tecnología del compostaje por la de la biometanización, para no retrasar más la construcción y puesta en marcha de la planta de triaje. La Unión Europea obliga a que a partir de 2020 se recupere el 50% de los desechos que se lanzan a la basura, objetivo inasumible, según el conseller insular de Medio Ambiente, Miguel Vericad, sin la planta de triaje, cuya construcción acumula ya mucho retraso.

El plan director insular de residuos aprobado en 2001 contemplaba que en Ca na Putxa se instalara una planta de biometanización (para reconvertir en energía la fracción orgánica de los residuos) y otra de triaje para la recuperación de papel, vidrio y envases (no reciclado desde casa).

Sin embargo, a petición de la UTE Giref, el Consell aprobó en 2007 modificar el contrato y sustituir la biometanización por el compostaje. Entonces, según los estudios técnicos y la experiencia adquirida en otros puntos de España, se consideró que «la biometanización no era técnica ni económicamente viable».

No obstante, a principios de este año, y cuando la construcción de la planta de compostaje y la de triaje acumulaba ya una demora considerable, el Consell Consultiu, el órgano de consulta de la Comunitat Autònoma, emitió un dictamen en el que advertía de «la nulidad radical» del acuerdo alcanzado en 2007 para modificar el contrato (el cambio de la biometanización por el compostaje).

Ante esta situación, el Consell de Ibiza encargó un estudio económico para cuantificar el coste de la resolución del contrato con la UTE Giref y otro para evaluar técnicamente el proyecto de la planta de biometanización. En este sentido, Vericad explica que, en 2007, cuando se elaboró el proyecto, se trataba de «una tecnología emergente y no funcionaba del todo bien».

Redacción de un nuevo proyecto

Redacción de un nuevo proyecto

Ahora se encargará a la concesionaria que elabore un nuevo proyecto (se maneja un plazo de dos meses) e incorpore «las mejoras que garanticen el buen funcionamiento de la planta». El conseller destaca que esta tecnología ha evolucionado en la última década y, en la actualidad, hay plantas de este tipo «por toda España y Europa que funcionan bien». La energía eléctrica que genere el proceso de biometanización se reaprovechará para abastecer a las mismas instalaciones de Ca na Putxa, tal como se preveía en el proyecto inicial.

El equipo de gobierno se ha decantado por esta opción porque es «la menos costosa» (a la espera de que se concrete el presupuesto del nuevo proyecto y si lo asume la concesionaria a riesgo y ventura o repercute en las tarifas) y con la que menos tiempo se pierde. Vericad hubiera preferido seguir adelante con el compostaje porque, por la falta de ganadería en la isla, hay «un déficit brutal de materia orgánica» en el campo. «Desde un punto de vista agrónomo sería más interesante. Además es una tecnología más blanda», dice.

El conseller ya ha informado a la concesionaria, al Consell de Formentera y al grupo de la oposición de la decisión adoptada. La puesta en marcha de la planta de triaje supondrá un aumento de las tasas.