Las energías renovables son «una gran asignatura pendiente» en Balears, pero sobre todo en Ibiza, donde el conseller de Territorio, Energía y Movilidad, Marc Pons, recordó ayer que «el 0% de la energía que se consume» procede de fuentes no contaminantes, porque prácticamente no se genera «nada». Para tratar de invertir la situación, el conseller anunció ayer en la delegación de la conselleria de Salud, en Vila, una línea de ayudas de 1,2 millones de euros para subvencionar proyectos para instalar placas solares en edificios públicos.

Pons explicó que con estas subvenciones se financiarán los proyectos que presenten los consells y ayuntamientos «para dotar equipamientos y espacios públicos con instalaciones fotovoltaicas», que permitan la producción de energía limpia, pero también «ahorrar».

Y es que el conseller aseguró que gracias a las energías renovables no sólo se evitan emisiones contaminantes a la atmósfera, sino que también se reduce el consumo de combustibles fósiles y se consigue rebajar la factura de la luz.

Como botón de muestra, Pons visitó la reciente instalación de 80 metros cuadrados de placas solares ubicada en el techo de la delegación de Salud, que a pesar de su modesto tamaño permitirá ahorrar 1.330 euros al cabo del año en el recibo de la luz del inmueble, que se quedan en «1.100 euros» después de pagar el denominado 'impuesto al sol' para una instalación de 8 kilovatios.

Dos inversiones en camino

Este es uno de los 11 proyectos que ha puesto en marcha el Govern este año para dotar de instalaciones solares a sus edificios, y el único que se ha ubicado en la mayor de las Pitiusas. De todos modos, Pons anunció que para el año que viene se trabaja ya en dotar de placas fotovoltaicas a otros dos edificios de la Administración balear en Ibiza.

Con este tipo de inversiones y la línea de ayudas a proyectos de iniciativa pública, el conseller de Energía espera contribuir al «salto adelante» que necesitan las islas para implantar la generación de energías limpias.

«Qué mejor que utilizar espacios ya construidos para hacer posible este incremento, que es fundamental en Ibiza». A día de hoy, sólo el 2% de la electricidad que se consume en Balears procede de energías limpias.

En las Pitiusas, ese porcentaje se reduce al 0,4%, gracias a la aportación de la planta solar de Cala Saona, en Formentera. Ello a pesar de los compromisos de París, que obligan a que el 20% de la energía consumida sea de origen limpio en 2020.

Para completar todas las patas de la mesa, en ese salto hacia adelante que espera dar el Govern, falta la iniciativa privada, con sólo un proyecto de 'granja solar' en trámite actualmente en Ibiza, el de Can Mariano Lluquí, en Sant Miquel.

A la cola del archipiélago

Con la instalación de 9.600 paneles solares y un consumo de territorio del 0,02% de la superficie del municipio de Sant Joan, esta granja solar proporcionará el 10% de la energía que se consume. De hecho, con cubrir de placas el 0,2% de este municipio, se generaría el total de luz que necesita y, del mismo modo, para abastecer a toda la isla sólo haría falta desplegar plantas fotovoltaicas en el 2% del suelo rústico no protegido, según un estudio del Govern de hace unos años.

A pesar de que en la dirección general de Energía constaba el interés de otros promotores privados, este aún no se ha concretado en proyectos de nuevos parques en la isla.