Agentes de la Policía Nacional desmantelaron a principio del mes de agosto una organización presuntamente dedicada a la explotación sexual de mujeres en Ibiza, informó ayer el Ministerio del Interior. Los agentes detuvieron a tres personas y lograron rescatar a siete mujeres, cinco de Rumanía y dos españolas.

Una de ellas fue rescatada antes de que, supuestamente, empezara a ser obligada a ejercer la prostitución. Los agentes de la Policía Nacional de la comisaría de Eivissa la liberaron en el aeropuerto de es Codolar, en donde acababa aterrizar junto con uno de los miembros de la organización, que fue arrestado en ese mismo momento, señalaron fuentes policiales.

Esta investigación policial contra la explotación sexual y el tráfico de personas es continuación de la operación Mar, que los agentes de la Policía Nacional de la comisaría de Eivissa llevaron a cabo un año antes, y que comenzó a raíz de la llamada anónima de una ciudadana al número contra la trata (900105090). Esta mujer alertó de las condiciones en las que se encontraba una mujer que, según la información que facilitó, parecía estar siendo obligada a ejercer la prostitución en el barrio de ses Figueretes.

Policías de Madrid y Rumanía

Fuentes policiales apuntaron ayer que las siete mujeres liberadas el mes pasado eran obligadas a prostituirse principalmente en las calles de ses Figueretes, pero también en otros barrios, como la zona del paseo marítimo de Vila. En ambas operaciones, la del verano de 2016 y la del mes pasado, la Policía Nacional de Eivissa ha trabajado junto con agentes especializados de Rumanía y Madrid.

Como es habitual en este tipo de casos, señala Interior en un comunicado, engañaban a las mujeres para que viniesen a España y, una vez aquí, obligarlas a ejercer la prostitución en las calles de Eivissa. La organización, que estaba perfectamente estructurada, captaba a mujeres jóvenes, procedentes de los estratos sociales y económicos más bajos de Rumanía, aprovechándose de su situación de vulnerabilidad, exactamente igual que hacían, presuntamente, los detenidos el año pasado en la operación Mar.

La red utilizaba varios métodos de engaño. Unas veces lo hacían a través del método conocido como ' lover-boy', que consiste en engañar a la víctima con una relación amorosa y promesas de trabajo en Eivissa. Una vez desveladas las auténticas intenciones de quienes hasta ese momento eran sus 'parejas', comienza el calvario para estas mujeres.

El método ' lover-boy' permite a la red obtener el consentimiento de las víctimas y viajar con ellas. Otras veces eran mujeres las que convencían, se ganaban su confianza, asegurándoles un trabajo digno que las permitiría mejorar considerablemente su nivel de vida.

Una vez en España, eran acompañadas por otros miembros de la red hasta Eivissa, donde conocían el verdadero motivo de su viaje, que era ejercer la prostitución callejera. En ese momento les explicaban la rígidas reglas que tenían que seguir y cómo debían comportarse para captar clientes. El grupo disponía de «controladoras», mujeres encargadas de vigilar a las víctimas constantemente, incluso ejerciendo la prostitución con ellas para así controlar todos sus movimientos y el dinero que ganaban con sus servicios.

15.000 euros por dejarlas libres

Las jóvenes debían ejercer la prostitución en la vía pública todos los días durante largas jornadas, destaca la Policía Nacional. Al terminar el día debían entregar todo el dinero ganado a sus «controladoras». Si las víctimas se negaban a prostituirse o decidían abandonar la organización, sufrían toda clase de amenazas y eran agredidas físicamente.

No podían salir ni relacionarse con nadie que no fuera del mundo de la prostitución. Además, si hablaban con la Policía eran enviadas de nuevo a Rumanía, donde también las tenían retenidas. Tampoco les permitían mantener ningún tipo de relación sentimental y, si esto ocurría, la organización coaccionaba a sus parejas solicitándoles entre 10.000 y 15.000 euros por dejarlas libres.