De la mano del colegio Sa Real, la escuela de tiempo libre s'Espurna y la Asociación es Molí, César Bona llena esta tarde el auditorio de Can Ventosa -las invitaciones para asistir están agotadas- con su conferencia 'Escuchar para Educar'. Bona valora el trabajo que cada día realizan los maestros y maestras en las aulas y anima a darlo a conocer, pues reivindica la necesidad de dar mensajes positivos sobre Educación.

¿Escuchar es la clave en Educación?

No sé si es la clave, pero sí el camino hacia la comunicación, hacia la convivencia. Para mí hay dos verbos que son muy importantes: escuchar y compartir, y los dos son de ida y vuelta. Yo tengo cosas para compartir y tú escuchas, y tú tienes cosas muy interesantes para compartir como adulta, niño o niña, y los demás te vamos a escuchar.

Antes se pensaba que eran los niños quienes debían escuchar al maestro, que era la autoridad. ¿Ahora toca hacerlo al revés?

No al revés. Es importante que seamos conscientes de que todo el mundo tiene cosas que aportar y que todos podemos aprender de todos. Hace ya años y años Sócrates decía: 'Habla para que yo te conozca', y qué menos que conocer a los chavales, a los chicos y chicas con los que estarás tanto tiempo.

Es algo que también deben tener en cuenta los padres...

Es que es un verbo importantísimo. También en el trabajo te tienen que escuchar y tú tienes que escuchar a tus compañeros. Eso implica respeto, respeto a las opiniones de los demás. Todo va unido. Y como todos somos diferentes -aunque seamos iguales ante la ley, en los derechos, en los deberes- ésa es la riqueza que tenemos que valorar y eso hace que todos podamos aportar y aprender de los demás.

¿Cómo ha cambiado el trabajo del maestro en los últimos 10 ó 15 años?

Siempre que hablamos de cambios en los últimos 10 ó 15 años viene a la mente la tecnología, que es una herramienta ahora mismo importantísima y no puede estar fuera de las aulas porque forma parte de la vida; si queremos educar para la vida, la tecnología debe estar.

Aparte de esto...

En España yo diría que en los últimos tres o cuatro se está dando un giro a la educación. Cada día en los medios de comunicación sale una noticia positiva: Esto se está haciendo en este centro; estas personas, estos docentes y familias están trabajando juntas para conseguir una educación mejor, y eso es positivo. Faltan muchas cosas por mejorar pero estamos en el camino. La gente debe tener claro que todo evoluciona -comunicaciones, tecnología, Medicina- y la Educación debe estar en la vanguardia. Debemos plantearnos qué tipo de personas queremos en nuestra sociedad y si queremos una sociedad mejor, tenemos que estar en la escuela dándoles las herramientas necesarias.

¿A qué modelo de educación debemos encaminarnos?

No puedo hablar de un modelo, pero creo que hay premisas básicas a tener en cuenta. Todos (niños, niñas, adolescentes, adultos) queremos sentirnos queridos, escuchados y útiles y en ese sentido yo creo que es importante que las escuelas sean lugares donde se escuche la opinión de los niños y donde se les invite a mirar hacia la sociedad. El compromiso social es importantísimo; el compromiso con la naturaleza, también, y creo que todavía no se le da la importancia que tiene. Educar, sobre todo, en el respeto a uno mismo, a los demás, en las diferencias. Yo creo que va por ahí.

Y para ello, ¿qué hay que desterrar de nuestras aulas?

Primero, la lucha que alguien levantó sobre escuela tradicional e innovación. En Educación tenemos que estar todos juntos; juntos es como se avanza. Continuamente hacemos divisiones: escuela tradicional e innovación, jornada partida o continua, bilingüismo o trilingüismo... Eso sale de la mente de los adultos; los niños lo que necesitan y quieren es aprender. En este sentido, hay cosas que funcionaban hace 40 años y que funcionan ahora igual de bien. Ir hacia delante no significa arrasar con todo lo que hemos tenido en el pasado.

Sino ver qué sigue siendo útil.

Por supuesto. Y sobre todo, desde el punto de vista de la sociedad, es necesario valorar lo que tenemos cerca. Después de haber viajado mucho por España me doy cuenta de que eso nos falta; admiramos lo que tenemos lejos y normalmente no valoramos lo suficiente las experiencias que se están llevando a cabo al lado de donde vivimos.

¿Quiere decir que nos fijamos demasiado en otros países como Finlandia, por ejemplo?

Obviamente tenemos que mejorar cosas y se puede poner el foco en mirar hacia afuera para intentar traer algo interesante. Pero también hay que hacer una tarea de reflexión y preguntarnos qué funciona aquí y qué podemos hacer para mejorar lo que tenemos.

Un estudio realizado recientemente en Balears señala que los ciudadanos suspenden la educación en las islas. Uno de los elementos más criticados es la masificación en las aulas. ¿Hay demasiados alumnos en las aulas para poder trabajar?

Hay muchos factores, depende de muchos factores. Obviamente, cuando hablamos de que es necesario invertir en Educación no se debe pensar sólo en que se invierta en una pizarra digital, se trata de tener en cuenta los recursos humanos. Hay muchos, muchísimos docentes que están sin trabajar y que sería necesario que estuvieran en las aulas. Reivindicamos que se apueste por la educación. Quizás necesitamos a alguien que sea valiente y diga: 'Si queremos una sociedad mejor, tenemos que empezar en la escuela y vamos a hacer todo lo necesario para que sea así'.

¿Qué opina de las aulas prefabricadas, cuya instalación sigue aumentando, al menos aquí?

De forma puntual pueden ayudar. Pero estaría bien que repartieran esas aulas prefabricadas entre las oficinas de las personas de las administraciones. Debemos probar todos cómo funciona la Educación, y no hay nada mejor que vivir como viven los niños y niñas.

El diseño del aula, del espacio en la escuela, está cambiando en para favorecer el modelo de educación que antes comentaba.

Se hace en muchos centros en España, y en Balears yo creo que la gente está apostando bastante por ello, por esos modelos comunicativos, pues de hecho, es necesario. Cualquier cosa que pretendas para la sociedad debes empezarla en la escuela; si quieres diálogo, hay que empezar a estimular el diálogo en las clases. También aulas, escuelas, que tengan en cuenta el medio ambiente, que lo incorporen en su día a día para que los niños no aprendan lo que es un árbol en un papel cuando podrían tocarlo y sentirlo.

¿Todos estos cambios siguen dependiendo de cada maestro, de cada equipo?

No se puede generalizar, pero yo creo que deberíamos apostar por el trabajo en equipo fundamentalmente. Y porque las administraciones nos permitieran viajar de escuela en escuela, una vez al año, por ejemplo, para compartir, porque es así como nos damos cuenta de las prácticas que se hacen en otros lugares. Es conveniente que tomemos perspectiva de lo que hacemos nosotros, pero también mirarnos desde fuera y lo que hacen otras personas buscando la mejora, que debe estar basada en el bienestar de los niños y niñas.

Otro de los principales problemas que detecta la ciudadanía es el fracaso y el abandono escolar. ¿Tienen los maestros alguna responsabilidad en ello?

Yo no puedo decir que los maestros tengan responsabilidad en el fracaso escolar. ¿Por qué? Porque he visto miles de maestros que están deseando formarse, que llega un fin de semana, lo pagan de su bolsillo y van de aquí para allá; miles y miles de maestros con muchísima ilusión que están deseando recibir formación y aplicarla en las aulas. He vivido durante años el intentar comunicarme con mis compañeros y que no sea posible porque tenemos que estar rellenando papeles. ¿Cómo es posible que de Infantil a Primaria no lo pongan fácil para que siga siendo fluido? ¿O que de Primaria a Secundaria parezcan dos mundos distintos? ¿O que se sigan manteniendo horarios tan estrictos? Hay muchas cosas que hay que mejorar y, obviamente, no podemos decir que el fracaso depende de los maestros.

¿Cómo hay que hacer frente al fracaso escolar?

El sistema educativo es el que falla. Ni son los niños ni se puede decir que son los maestros. Una de las claves es que seguimos pidiéndoles unas respuestas que previamente les hemos dado. Entonces se olvida el proceso, que es investigar, compartir, experimentar. Por eso es necesario invitarlos a participar en la sociedad, en la escuela. Creo que es una de las claves.

Y eso ya se está haciendo...

Hay lugares donde ya están haciendo cosas maravillosas, donde se les está invitando a reflexionar, a participar en la clase y en la sociedad? Estoy viendo mucha gente que está haciendo cosas muy interesantes que están empezando a salir a la luz y que en otros casos son anónimas, pero que necesitamos que la sociedad las valore. Porque todo evoluciona, y hay una expresión que tenemos que borrar para que nadie la asocie a la Educación, la resistencia al cambio. Hay mucha gente, miles de personas, que no tienen esa resistencia al cambio.

¿Cómo son algunos de estos proyectos que comenta?

El compromiso social y el compromiso con la naturaleza son clave. Se trata de usar el conocimiento para mejorar el mundo donde vives. Eso hay gente que lo está haciendo y creo que es hacia ahí hacia donde debe ir la educación. Ya hay coles en los que se invita a los niños a reflexionar, pues de hecho reflexionando es la única manera como crecemos como personas; se les invita a tener ese pensamiento crítico, a intentar mejorar el lugar donde viven. A los niños les interesa aprender y esa curiosidad que tienen innata es lo que tenemos que seguir estimulando, esa creatividad, esa imaginación.