La demanda de los globos de plástico en Sant Antoni está por las nubes. No es casualidad. El motivo es la nueva moda en drogas low cost: el gas de la risa. Así llaman ahora al óxido nitroso, el mismo gas que sirve de recarga para el sifón de la nata montada.

Los más expertos no compran el producto en la calle sino cajas de diez recargas por unos cinco euros, el mismo precio al que venden una carga con un globo en ses Variadas, durante la puesta de sol. «Nosotros lo hemos comprado en una ferretería de allí detrás», reconoce un turista.

La diferencia entre el precio de compra y el de venta es abismal y no es ningún secreto. «El negocio del gas de la risa en el mercado ambulante funciona porque la gente viene a lo loco», explica un turista inglés. Dos jóvenes de Manchester apuntan que el óxido nitroso también se puede adquirir online: «Comprar los productos individualmente no es ilegal», aseguran, «aunque inhalarlo sí que lo es». Pero esto no impide que esta zona d Sant Antoni se vuelva multicolor al ponerse el sol.

Los globos

«Ahora sólo vendo gafas, tendré globos en media hora cuando se vaya la policía», responde un vendedor ambulante a un turista alrededor de las ocho de la tarde en ses Variades. A esta hora, los que ya tienen el material empiezan a montar el chiringuito. Pero quien no ha sido previsor no tiene que esperar demasiado para obtener gas de la risa y poder mirar al cielo globito en mano.

Pocos son los turistas que han probado esta droga 'casera' por primera vez en la isla. El óxido nitroso es muy popular en Inglaterra (donde su consumo también es ilegal), sin embargo, aún hay discusión en la manera en que se consume. «Hay que inhalar veinticuatro veces rápido y seguido para que la droga haga más efecto y durante más tiempo», asegura un consumidor. Pero otro turista le contradice: «el tiempo del efecto no aumenta, pero éste sí que se multiplica,y eso puede ser fatal». Y añade que los efectos de la droga consisten en «un minuto de carcajada intensa que va seguido de una falta involuntaria de la respiración».

La venta de este gas no se limita a ses Variades; se extiende a todo municipio. Por la noche el negocio se traslada al West End y a la playa de s'Arenal. Y también se puede adquirir en otras zonas de la isla, como Platja d'en Bossa.

«Todo el mundo sabe lo que pasa en las calles de Sant Antoni, y quien no lo vea es porque no lo quiere ver», asegura una vecina que sale cada día a pasear por ses Variades con sus amigas. «El otro día pasaba por delante de s'Arenal y cuando vi a la Policía pensaba que los vendedores de globos no iban a estar, pero al minuto de que se fueran los agentes había ya cinco o seis», indica una de sus amigas.

Los turistas británicos son los encargados de traer esta droga low cost a Ibiza y de que esta parte del litoral rocoso de Sant Antoni esté adornado con miles de botellines plateados cuya existencia no deja indiferente a nadie.